Crítica:

La voz de la experiencia

Las películas río siempre han sido la especialidad de Richard Attenborough. Narración coral, numerosos hilos argumentales, dilatación temporal. Su carrera quizá ha quedado marcada por el (discutible) triunfo de Gandhi -ocho oscars en 1982-, pero más allá de su (in)merecida fama de cineasta alineado con el tostón épico-lírico, lo cierto es que sus películas poseen eso que en tantas ocasiones se echa de menos: oficio narrativo. Cerrando el círculo, su nueva obra, que el cineasta ha dirigido a los 84 años, es una nueva prueba de ello, a pesar de que esté lejos de su gran obra...

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Las películas río siempre han sido la especialidad de Richard Attenborough. Narración coral, numerosos hilos argumentales, dilatación temporal. Su carrera quizá ha quedado marcada por el (discutible) triunfo de Gandhi -ocho oscars en 1982-, pero más allá de su (in)merecida fama de cineasta alineado con el tostón épico-lírico, lo cierto es que sus películas poseen eso que en tantas ocasiones se echa de menos: oficio narrativo. Cerrando el círculo, su nueva obra, que el cineasta ha dirigido a los 84 años, es una nueva prueba de ello, a pesar de que esté lejos de su gran obra maestra, la romántica y dolorosa Tierras de penumbra (1993).

El heroísmo y el amor de un grupo de pilotos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial y el conflicto terrorista en el Ulster de la década de los noventa se mezclan en esta película de aliento trágico, en la que la impostura inicial de la unión de las dos tramas se ve superada por la fluidez de la narración y por una puesta en escena de corte clásico tan elaborada como, en el fondo, sencilla. Mientras, los flashbacks se introducen siempre en el momento más adecuado y el regreso a la actualidad nunca rompe el continuo dramático.

CERRANDO EL CÍRCULO

Dirección: Richard Attenborough.

Intérpretes: Shirley MacLaine, Christopher Plummer, Mischa Barton, Pete Postlethwaite.

Género: comedia. Reino Unido, 2007.

Duración: 119 minutos.

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Ahora bien, a pesar de que las actividades del IRA ejercen su papel como telón de fondo (no podía ser de otra forma en ese tiempo y lugar) y que, en el pasado, es el conflicto bélico quien domina el paisaje, no se trata en absoluto de una cinta política. Cerrando el círculo es una historia de amor de las de toda la vida (aunque quizá del cine de otro tiempo), en la que sólo la rocambolesca reunión espacial de la totalidad de los personajes alrededor de un atentado en suelo irlandés resquebraja la amabilidad del conjunto. Una hipérbole espacial, una exageración de guión, que a pesar de todo consigue salvar Attenborough con el pulso que da la experiencia.

Vídeo: ELPAIS.com / MANGA FILMS
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