Los colegios valencianos, a la cola en la regulación del horario flexible

La implantación de una jornada escolar "a la carta" funciona ya en 15 autonomías

El debate de la conciliación laboral y familiar no se agota en la organización del trabajo. La flexibilización de los tiempos escolares en colaboración con las familias -prevista por la Ley Orgánica de Educación (LOE)- es ya una alternativa real en todas las autonomías del Estado español, excepto en Aragón y la Comunidad Valenciana, pese a que en esta última se lleva discutiendo una década. No obstante, y pese al retraso, desde 2001 más de 50 colegios valencianos han elaborado proyectos basados en un modelo de aplicación diseñado por ANPE para "hacer más viable la adaptación de una jornada úni...

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El debate de la conciliación laboral y familiar no se agota en la organización del trabajo. La flexibilización de los tiempos escolares en colaboración con las familias -prevista por la Ley Orgánica de Educación (LOE)- es ya una alternativa real en todas las autonomías del Estado español, excepto en Aragón y la Comunidad Valenciana, pese a que en esta última se lleva discutiendo una década. No obstante, y pese al retraso, desde 2001 más de 50 colegios valencianos han elaborado proyectos basados en un modelo de aplicación diseñado por ANPE para "hacer más viable la adaptación de una jornada única en Primaria". "La mayoría cuentan ya con la aprobación de los padres y algunos, incluso, con la implicación municipal", subraya el sindicato.

"La implantación de una nueva modalidad de jornada escolar ofrece y debe ofrecer facilidades a los padres, y la experiencia de las visitas a los centros resalta que los que se han adaptado a la jornada continuada ofrecen diversas modalidades: el horario básico de 9 a 14, extensible al comedor hasta las 16.00; el adelanto del aula matinal a las 7.30, que se completa con el horario básico o con el de comedor; y la compaginación de la jornada matinal con actividades extracurriculares hasta las 6 de la tarde", explica Gerardo Fernández de UGT, con un estudio en la mano que confirma que el 92% del profesorado apuesta por la flexibilidad.Pese a este entusiasmo, de momento las federaciones de padres de alumnos se muestran cautas y más bien poco partidarias de comprimir y condensar los horarios de todas las materias curriculares en una mañana, y dejar las tardes al libre albedrío de supuestas "actividades extraescolares" más o menos ociosas, advierte la Confederación Gonzalo Anaya.

"Está claro que no es lo mismo planificar la jornada en un centro rural que en un centro educativo de un entorno urbano. De hecho, la organización laboral y los horarios de las familias son muy distintos entre sí", matiza Vicent Mauri, de la ejecutiva del STEPV. Consciente de las reticencias de los padres, Mauri subraya que "la regulación debería mantener el comedor como ahora, ya que es una de las grandes preocupaciones de los padres trabajadores". Y, por la tarde, ofrecer actividades complementarias o extraescolares de carácter deportivo, cultural, lúdico, etcétera.

"Pero, ojo, lo que hay que conciliar es la vida laboral con la escolar. No al revés. Para que los padres no tengan esas jornadas intensivas, que acaban haciendo que los niños estén almacenados en otras actividades, habría que racionalizar al mismo tiempo las jornadas laborales de los padres", remata Mauri en referencia explícita a que "la idea de algunas asociaciones de padres de abrir los colegios desde las 7.30 de la mañana hasta las 7 de la noche es una barbaridad desde el punto de vista pedagógico y social".

Pero, ¿cómo mantener la calidad de las actividades extraescolares? "Ese es un tema clave. Debería ir acompañado del presupuesto suficiente por parte de las administraciones públicas para que no supusiera un gasto añadido para las familias. Es decir, a cargo de la Generalitat en coordinación con los ayuntamientos. No estoy hablando de sólo de invertir. No. Me refiero a racionalizar el tipo de actividades que ya se están haciendo", puntualiza.

Muchos ayuntamientos ya ofrecen estas actividades deportivas, culturales o formativas. Se trataría de cambiar los horarios: que en vez de programarlas a las 5 o las 6 de la tarde se incorporaran al proyecto formativo del centro y se impartieran a las 3 o 4 de la tarde. "Eso no tendría ningún coste añadido".

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"Lo que no puede permitirse es que este tipo de formación complementaria se convierta en una ocurrencia más. Se trata de que el marco autonómico legal regule un abanico de posibilidades para que éstas formen parte del proyecto educativo de centro y sean impartidas por personal cualificado. Estamos hablando de otras figuras profesionales cualificadas para impartir otras actividades que se salen del marco curricular", precisa Luis García Trapiello, de CC OO. ¿Cómo? "Habrá que ir pensando en serio la introducción de nuevos perfiles de profesionales: técnicos de deporte para orientar vocaciones en un área imprescindible en el desarrollo del niño; profesionales de los conservatorios que podrían impartir cursos de iniciación al conocimiento de la música para sensibilizarlos en las artes, la implantación de talleres de lectura y escritura o el uso de las nuevas tecnologías".

"¿Por qué insisto en esto? Porque hay experiencias negativas en autonomías como Castilla-León donde el primer año funcionaron muy bien las actividades complementarias, pero al segundo se dejaron a la buena de dios, con lo que las distorsiones familiares -sobre todo en unidades monoparentales donde la mujer trabajaba- eran increíbles. O no cuidabas del niño, o dejabas de trabajar".

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