Madonna pone patas arriba berlín
La diva presenta 'Filth and wisdom' su primera película como directora
La chica de las mil caras, ayer rubia platino, de negro transparente: Madonna, ese fenómeno mediático e irrefrenable que dura 25 años, aterrizó ayer en la Berlinale y provocó atascos y delirios; colas y entusiasmos a partes iguales. Los fans estaban encantados de festejar su recién rota virginidad como directora de ficción, los menos dados a la madonnamanía, desconfiaron del intrusismo de una artista que ya se considera cineasta -"es que lo soy", dijo ayer, tan ancha-, tras haber presentado Filth and wisdom fuera de concurso.
Se trata de una película casi casera, un...
La chica de las mil caras, ayer rubia platino, de negro transparente: Madonna, ese fenómeno mediático e irrefrenable que dura 25 años, aterrizó ayer en la Berlinale y provocó atascos y delirios; colas y entusiasmos a partes iguales. Los fans estaban encantados de festejar su recién rota virginidad como directora de ficción, los menos dados a la madonnamanía, desconfiaron del intrusismo de una artista que ya se considera cineasta -"es que lo soy", dijo ayer, tan ancha-, tras haber presentado Filth and wisdom fuera de concurso.
Se trata de una película casi casera, una aventura vital, "que iba a ser un corto y creció", dice la artista. Con personajes urbanos y alternativos que pululan por el Londres más cosmopolita, en la que ella ha escrito el guión, ha dirigido y también ha producido.
Nunca nadie, ni los más divos rostros del cine legendario se han hecho tanto de rogar en la Berlinale. Entrar a la sala ya fue una tortura. Cola en las escaleras y cuatro gorilas apuntando en la entrada el nombre y el medio. Madonna llegó con 30 minutos de retraso, más de lo que duró su encuentro con los periodistas, y lo hizo acompañada de los tres actores principales de su película, Holly Weston, Vicky McClure y el rockero Eugene Hutz.
Dentro, la cantante desgranó los temas de su cine y desplegó ironía inteligente y divismo al mismo nivel. Pidió que le formularan una pregunta por turno para no liarse. Aseguró que había querido hablar de la dualidad: "Algo que me planteo constantemente desde hace tiempo". Admitió que ha seguido consejos de amigos directores y homenajeado a otros. "Admiró mucho a Jean Luc Godard, uno de los personajes tiene mucho de Jean Seberg en Al final de la escapada".
Y se reconoció en los personajes de su película, que la recuerdan a cuando era joven: "Cuando no me llegaba para el alquiler, cuando me di cuenta de que no era tan especial y a las cosas que tuve que hacer...".