El funcionario no falla

Un farmacéutico comenta a este diario: las recetas que emite la Seguridad Social caducan a los 10 días de la fecha que incorporan. Esto, señala, tiene inconvenientes para la gente que debe estar tomando una determinada medicación durante meses. Muchas de estas personas son de edad avanzada y, a veces, pierden el papel (cuando van a la Seguridad Social se les entregan varias recetas) y cuando lo encuentran ya ha caducado. Y añade: "No quiero ser morboso, pero hay una segunda consecuencia nefasta, si compra las medicinas por adelantado y muere antes de consumirlas provoca un quebranto innecesari...

Un farmacéutico comenta a este diario: las recetas que emite la Seguridad Social caducan a los 10 días de la fecha que incorporan. Esto, señala, tiene inconvenientes para la gente que debe estar tomando una determinada medicación durante meses. Muchas de estas personas son de edad avanzada y, a veces, pierden el papel (cuando van a la Seguridad Social se les entregan varias recetas) y cuando lo encuentran ya ha caducado. Y añade: "No quiero ser morboso, pero hay una segunda consecuencia nefasta, si compra las medicinas por adelantado y muere antes de consumirlas provoca un quebranto innecesario al erario público".

La primera respuesta del Departamento de Salud a la consulta al respecto fue taxativa: "Imposible que pase eso. Las recetas siempre han caducado a los 10 días, pero el sistema informático que las emite ya pone fechas periodificadas". La explicación es razonable, pero a fuerza de años se segrega una desconfianza potente en la Administración, de forma que se verificó si era cierto: se pidió a una persona con enfermedad crónica que comprobara las fechas en la primera ocasión en la que fuera a por recetas. Ocurrió el 4 de febrero y le dieron tres: dos con fecha 1 de febrero y la otra con fecha 1 de marzo. Las cajas incluyen 28 píldoras y la dosis es de una diaria. La paciente hizo notar al funcionario que le daban dos con la misma fecha. Por dos veces. El funcionario no hizo el mínimo gesto de comprobar nada y se limitó a asegurar, dos veces, que todo está previsto y calculado.

Montserrat Figuerola, directora adjunta del Instituto Catalán de la Salud (ICS), reconoce que se repiten fechas: "Estamos corrigiendo el programa informático porque habíamos ya detectado que cuando el médico no utiliza la clave de 'crónicos' se pueden dar estos problemas". Figuerola añade que el asunto estará solucionado a principios de marzo. Bien está la corrección. Parece más difícil corregir la tendencia de algunos funcionarios a pensar que ellos nunca se equivocan. El que yerra es el ciudadano. Para corregir esta situación vale la pena recordar una recomendación de un miembro del propio Departamento de Salud: "Hay que protestar siempre".

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