Un error de tres dioptrías

Un paciente, confundido con otro, fue operado de una miopía superior a la suya

Antonio Vergara Serra fue operado en Valencia de una miopía tres dioptrías superior a la que tenía. Su nombre y su primer apellido coincidían con los de otro paciente. La diferencia estaba en el segundo apellido. Pero nadie reparó en ello. El afectado, de 31 años, aparejador, tenía tres dioptrías. Veía con alguna dificultad de lejos. Leía sin problemas de cerca. Su operación se planteó como sencilla. Su recuperación duraría unas horas, como máximo tendrái molestias dos o tres días.

Entró al quirófano el 7 de junio de 2007. Desde entonces, no se puede quitar las gafas. "No duermo con ell...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Antonio Vergara Serra fue operado en Valencia de una miopía tres dioptrías superior a la que tenía. Su nombre y su primer apellido coincidían con los de otro paciente. La diferencia estaba en el segundo apellido. Pero nadie reparó en ello. El afectado, de 31 años, aparejador, tenía tres dioptrías. Veía con alguna dificultad de lejos. Leía sin problemas de cerca. Su operación se planteó como sencilla. Su recuperación duraría unas horas, como máximo tendrái molestias dos o tres días.

Entró al quirófano el 7 de junio de 2007. Desde entonces, no se puede quitar las gafas. "No duermo con ellas porque las rompería, pero casi", asegura. No ve de lejos, no ve de cerca, tiene problemas para conducir de noche pese a que hace centenares de kilómetros a la semana. "Casi siempre lo hace alguien por mí", dice. Fue intervenido del doble de dioptrías porque fue confundido con Antonio Vergara Sangüesa.

La médico que le operó reconoció el error. La clínica Quirón expresó voluntad, según Manuel Mata, abogado de Vergara, de compensarle, pero siete meses después no ha sido así. El abogado de la clínica, Javier Pascual, prefirió ayer no pronunciarse. Después de que varios especialistas aconsejaran al afectado no volver a operarse y constataran que su córnea es irrecuperable, ha presentado denuncia por negligencia.

En una de las primeras visitas, cuando la enfermera llamó a Antonio Vergara, se levantaron dos personas. Quedó como casualidad, pero a la larga tuvo consecuencias. El día de la operación, a pesar de que acudió con su DNI y dio sus datos para la factura, nadie se fijó en el segundo apellido. Cuando se averiguaba por qué veía peor que antes de operarse se descubrió la confusión entre dos pacientes con el mismo nombre y el mismo apellido. El paciente, en definitiva, fue operado como si fuera otro que tenía cita para un mes más tarde.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En