Análisis:

Locos por el fútbol

"¿Aficionados? No; enfermos de fútbol", resume Nushin la pasión con que los cuatro hombres de su familia siguen el devenir de los equipos iraníes y las grandes Ligas internacionales. Es lo habitual, pero no sólo entre los hombres. También entre las mujeres, que han luchado sin éxito para que se levante la prohibición que les impide acudir a los estadios y, cuando se trata de animar a su selección nacional, son capaces hasta de quitarse el pañuelo desafiando a la policía de la república islámica.

Cualquier chaval que te cruzas en la calle y descubre que eres española, te suelta la alinea...

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"¿Aficionados? No; enfermos de fútbol", resume Nushin la pasión con que los cuatro hombres de su familia siguen el devenir de los equipos iraníes y las grandes Ligas internacionales. Es lo habitual, pero no sólo entre los hombres. También entre las mujeres, que han luchado sin éxito para que se levante la prohibición que les impide acudir a los estadios y, cuando se trata de animar a su selección nacional, son capaces hasta de quitarse el pañuelo desafiando a la policía de la república islámica.

Cualquier chaval que te cruzas en la calle y descubre que eres española, te suelta la alineación del Real Madrid y el Barcelona de carrerilla. Dos de cada tres noticias sobre España en la prensa iraní son sobre su Liga de fútbol. Así que todos los aficionados iraníes conocen a Javier Clemente. Otra cosa es que todos aprueben su elección para tratar de llevar a la selección al Mundial. "Le falta experiencia con equipos asiáticos", sostiene Mahdi Ghaffaribarzi, agente de jugadores y comentarista deportivo.

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No obstante, la mayoría de los consultados se muestran contentos de que la federación haya puesto fin al vacío que dejó Amir Ghalenoei cuando, en julio de 2007, abandonó la selección a raíz de su fracaso en los cuartos de final de la Copa de Asia.

"Me satisface que sea un europeo. Como tal, conoce las técnicas de los equipos europeos y podrá elevar nuestro nivel", afirma Khosro, de 45 años de edad y propietario de una tienda de repuestos de automóviles. Su hijo Farid, un estudiante de 17, apunta que, además, "puede ser una buena publicidad para la selección nacional".

Ghaffaribarzi, sin embargo, considera que había que haber buscado alguien con experiencia en alguno de los países vecinos. "Clemente, si al final acepta, va a ser la primera vez que trabaje con un equipo asiático. Necesita conocer el estilo de juego y, a no ser que tenga un buen consejero al lado, no cuenta con suficiente tiempo", explica. Said, un vendedor de repuestos de camión, se apunta a esa opinión. "La técnica de nuestra selección no está a la altura de la de España y, por lo tanto, será difícil que se adapte", declara con escepticismo.

A ambos les preocupa que apenas falten tres semanas para el partido contra Siria, el primero que Irán debe afrontar dentro de su grupo de clasificación para el Mundial. Luego vendrán Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. En principio, el combinado iraní parte con la ventaja de haber llegado a clasificarse en tres ocasiones (1978, 1998 y 2004), lo que Emiratos y Kuwait sólo lograron en una (1990 y 1982, respectivamente). El equipo acusa la falta de dirección desde la marcha de Ghalenoei.

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