Análisis:EL ACENTO

La cuarta vía de Tony Blair

Lo que escandaliza de la contratación de Tony Blair por

JP Morgan, el tercer banco de EE UU, supuestamente por un millón de dólares al año, no es el fichaje en sí, ni la cantidad, sino que haya cambiado de vía tan rápidamente.

"A los 15 años", escribe Confucio, "estaba decidido a aprender; a los 30, estaba en pie en la vía; a los 40 no tenía ninguna duda; a los 50 conocía el decreto del cielo". El ex primer ministro no ha recorrido esas etapas: apenas han transcurrido seis meses desde que salió del 10 de Downing Street,

y aún es enviado especial de la comunidad internacion...

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Lo que escandaliza de la contratación de Tony Blair por

JP Morgan, el tercer banco de EE UU, supuestamente por un millón de dólares al año, no es el fichaje en sí, ni la cantidad, sino que haya cambiado de vía tan rápidamente.

"A los 15 años", escribe Confucio, "estaba decidido a aprender; a los 30, estaba en pie en la vía; a los 40 no tenía ninguna duda; a los 50 conocía el decreto del cielo". El ex primer ministro no ha recorrido esas etapas: apenas han transcurrido seis meses desde que salió del 10 de Downing Street,

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y aún es enviado especial de la comunidad internacional para Oriente Próximo, específicamente encargado

de impulsar

la dimensión económica

del proceso de paz. Sus dos papeles

Más información

se confunden

de manera poco ejemplar.

En España no habría podido cambiar de vía tan rápidamente, dado el sistema de incompatibilidades que se aplica en los dos primeros años tras la salida del cargo, y que otros, como su amigo Aznar, han tenido que respetar antes de fichar por Murdoch.

Blair, un ex todavía joven, no es el primero que sigue esa ruta, pero hasta ahora era cosa de los conservadores. Los laboristas solían regresar a sus universidades u otras ocupaciones anteriores. El socialdemócrata alemán Gerhard Schröder sentó un mal precedente al entrar

en la rusa Gazprom

tras dejar la Cancillería.

Tony Blair fue capaz de irse antes de que lo empujase su propio partido como a Thatcher el suyo;

pero tras irse se dio demasiada prisa en pasar del anglicanismo, más puritano pero que no admite el sacramento de la penitencia, al catolicismo, que permite lavar la conciencia confesando los pecados. Tras esa cautela, se ha dado prisa también en pasar de defensor de la tercera vía laborista a asesor de banqueros. Aunque JP Morgan no ha disimulado que le ha contratado menos para escuchar sus consejos que para explotar su agenda de relaciones.

¿Y qué pensaba Confucio, que vivió 72 años cinco siglos antes de nuestra era, en sus últimos cursos?: "A los 70

me guiaba por mi corazón sin, no obstante, transgredir ninguna norma".

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