Mirando a los bancos centrales

Los bancos centrales fueron los protagonistas claros de la jornada de ayer. Se reunían el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra. Y a media tarde, cuando ya habían cerrado los mercados europeos, entró en escena Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal (Fed).

Las palabras del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, volvían a situar a la inflación como prioridad principal del máximo órgano monetario europeo. Lo que, a priori, aleja del escenario una bajada de tipos de interés en la zona euro, dado el nivel actual de precios.

Pese a que la expresión "fuerte v...

Los bancos centrales fueron los protagonistas claros de la jornada de ayer. Se reunían el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra. Y a media tarde, cuando ya habían cerrado los mercados europeos, entró en escena Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal (Fed).

Las palabras del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, volvían a situar a la inflación como prioridad principal del máximo órgano monetario europeo. Lo que, a priori, aleja del escenario una bajada de tipos de interés en la zona euro, dado el nivel actual de precios.

Pese a que la expresión "fuerte vigilancia", con la que suele anticipar una subida de tipos, no estuvo presente en el discurso de Trichet, su intervención desanimó aún más a unos mercados ya alicaídos. El Ibex 35 había arrancado la sesión con fuerza, pero pronto perdió su fuelle inicial, y todavía se hundió más tras la reunión del BCE. Al final cerró la sesión en 14.524 puntos, con una caída del 0,54%, tras una pasajera recomendación que coincidió con la apertura de Nueva York.

Sobre el índice selectivo pesó la gran banca y los valores energéticos, optimistas en las jornadas pasadas. Gamesa lideró las pérdidas en el Ibex 35 al caer un 1,23% y continuó la tónica con la que ha empezado el año. En el lado de las ganancias, esta vez se situó la banca mediana. Al contrario que en días anteriores, Banesto, Bankinter, Popular y Sabadell evitaron mayores pérdidas en los parqués españoles.

El discurso de Ben Bernanke, en el que casi anticipaba una nueva bajada de los tipos de interés del dólar por la situación económica en Estados Unidos, fue saludado con entusiasmo en Nueva York. Los índices estadounidenses, indecisos hasta entonces, se inclinaron por las ganancias. Pero en Europa, las palabras de Bernanke llegaron tarde y las grandes plazas cerraron todas en números rojos, sin excepción. El Dax alemán encabezó las pérdidas y, al contrario que el ejercicio anterior, está entre los mercados más deficitarios del continente.