Ana Botella: "Los chirimbolos no nos gustan a nadie probablemente"

Confirmado. No es una cuestión estética. Nadie en el Ayuntamiento de Madrid defiende la belleza de los pantallazos de publicidad que invaden desde hace dos meses algunas de las principales calles de Madrid. Tras la revelación del alcalde -"la verdad es que no me gustan estos chirimbolos", dijo Alberto Ruiz- Gallardón en una entrevista a EL PAÍS- ayer hubo una nueva confesión en el último pleno del año. La concejala Ana Botella, responsable de Medio Ambiente y del polémico contrato, lo dijo claro durante el debate. "Los chirimbolos probablemente no nos gustan a nadie". Pero -siempre hay ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Confirmado. No es una cuestión estética. Nadie en el Ayuntamiento de Madrid defiende la belleza de los pantallazos de publicidad que invaden desde hace dos meses algunas de las principales calles de Madrid. Tras la revelación del alcalde -"la verdad es que no me gustan estos chirimbolos", dijo Alberto Ruiz- Gallardón en una entrevista a EL PAÍS- ayer hubo una nueva confesión en el último pleno del año. La concejala Ana Botella, responsable de Medio Ambiente y del polémico contrato, lo dijo claro durante el debate. "Los chirimbolos probablemente no nos gustan a nadie". Pero -siempre hay un pero- "la publicidad es un derecho y forma parte del paisaje", una segunda frase de la edil bastante más enigmática que la primera.

La lista de detractores crece. Ni pizca de gracia a los ciudadanos, ni al Colegio de Arquitectos ni al equipo de Gobierno. Tampoco convence a la oposición. Ayer el PSOE pidió que se anule el contrato rodeado de un "cúmulo de irregularidades". Entre ellas, la supuesta relación de privilegio con le empresa adjudicataria (la UTE Clear Channel-Cemusa) porque el hijo del ex director de área de mobiliario urbano trabajó para una de las firmas. El edil socialista Pedro Santín añade que el contrato ha hecho perder 107 millones de euros a los madrileños. Santín suma los 73 millones a los que renunció el Ayuntamiento tras elegir la propuesta más baja, otros 30 que costará recolocar los pantallazos más cuestionados y cuatro más por los retrasos. Y un inconveniente más: el contrato permite colocar chirimbolos en más de 25 parques. "Que sea susceptible de ser instalados no quiere decir que se vayan a instalar", zanjó Ana Botella. Y nada más. También hizo oídos sordos a la crítica de Izquierda Unida, que denunció en el pleno que no se valoró el impacto medioambiental ni el estético de los soportes. Así que, aunque todos reconocen que son feos y desproporcionados y algunos añaden que han salido bastante caros, el contrato no se anula. Ventajas de la mayoría absoluta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En