Los sistemas para aislar el fuego en el hospital de Can Ruti no funcionaron

Los materiales almacenados en el sótano ayudaron a propagar el incendio

El hospital de Can Ruti dispone de sistemas para aislar el fuego en caso de incendio. Los materiales ignífugos con los que se protege cada compartimento resisten la acción de las llamas un máximo de 60 minutos. El miércoles, los bomberos no intervinieron hasta pasado ese tiempo, porque antes fue necesario cortar el suministro eléctrico. Ésa fue la razón por la que el fuego y el humo treparon desde su origen (los vestuarios del semisótano) hasta las plantas superiores, a través de los conductos por donde pasan los cables eléctricos.

Todos los hospitales deben contar, según la normativa, ...

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El hospital de Can Ruti dispone de sistemas para aislar el fuego en caso de incendio. Los materiales ignífugos con los que se protege cada compartimento resisten la acción de las llamas un máximo de 60 minutos. El miércoles, los bomberos no intervinieron hasta pasado ese tiempo, porque antes fue necesario cortar el suministro eléctrico. Ésa fue la razón por la que el fuego y el humo treparon desde su origen (los vestuarios del semisótano) hasta las plantas superiores, a través de los conductos por donde pasan los cables eléctricos.

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Todos los hospitales deben contar, según la normativa, con un sistema antiincendios de sectorización: se trata de dividir el recinto en estancias cerradas para evitar que un incendio se propague de un habitáculo a otro. En el caso de Can Ruti, el sistema no funcionó porque los materiales resistieron un tiempo insuficiente. "Los bomberos detectaron riesgo eléctrico y tuvimos que cortar la luz. Tardamos unos 45 minutos. Entonces entraron en funcionamiento los grupos electrógenos, que también hubo que desconectar, y eso nos llevó su tiempo", explicó ayer el director de servicios generales, Francesc Velarde.

Can Ruti fue construido en los años setenta e inaugurado en 1983. Desde el principio contó con este sistema antiincendios. Pero, con el paso de los años, ha quedado obsoleto. Lo mismo que las instalaciones eléctricas, que con su mal estado contribuyeron a propagar el fuego con más rapidez de la prevista, apuntaron fuentes conocedoras del caso.

El incendio del miércoles, que obligó a evacuar a decenas de pacientes y que ha alterado el funcionamiento del hospital de Badalona, se inició por una colilla mal apagada que alguien lanzó a una papelera del vestuario. No fue, por tanto, consecuencia de un fallo técnico (un cortocirtuito). La consejera de Salud, Marina Geli, pidió "confianza" en el sistema sanitario catalán y advirtió de que la Generalitat ha hererado "unas instalaciones envejecidas" de la época de CiU.

La planta del sótano, origen del fuego, es técnica: ahí están ubicadas la cocina, el personal de mantenimiento y los vestuarios de los trabajadores. Se trata de un espacio que, además, se utiliza como una especie de almacén donde se acumulan todo tipo de materiales, entre ellos ropa y plásticos. Esos materiales también ayudaron a extender el fuego, informan fuentes de la investigación. Uno de los pasillos de esa planta que están destinados a evacuación se halla ocupado, de forma intermitente, por contenedores de papel para reciclar, admitieron fuentes del hospital.

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La dirección del Instituto Catalán de la Salud (ICS) insistió ayer en que el hospital cumple con la normativa de emergencia y que dispone de la preceptiva licencia ambiental del Ayuntamiento de Badalona, en la que se indica que "reúne las medidas contraincendios necesarias". Eso no impide que, en las inspecciones que anualmente recibe el hospital, los técnicos hayan indicado numerosas deficiencias. "Se encuentran defectos, pero los vamos reparando", señaló Velarde.

Urgencias, en marcha

El hospital Germans Trias i Pujol -más conocido como Can Ruti- se recupera poco a poco del susto ocasionado por el incendio. Desde primera hora de ayer funcionan con normalidad el Servicio de Urgencias y las consultas externas. Los pacientes también fueron atendidos sin problemas en las unidades de hemodiálisis y de cuidados intensivos. También ayer entró en funcionamiento un nuevo quirófano, por lo que ahora son 14 (sobre un total de 18) los que permanecen cerrados. Las previsiones se mantienen: el lunes los quirófanos tendrían que funcionar a pleno rendimiento, y las intervenciones suspendidas deberían poderse programar antes del día de Reyes.

Las consultas de neurología, neurocirugía y cardiología se han reubicado en la planta baja, ya que se encontraban en las zonas más afectadas por el fuego. Para evitar confusiones, los trabajadores acompañan a los pacientes -que ayer fueron menos que de costumbre- desde el puesto de información.

El servicio telefónico "se va recobrando poco a poco", según fuentes del hospital, y el suministro eléctrico está prácticamente restablecido.

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