Poca participación en Tarragona en un simulacro de accidente químico

Las sirenas de emergencias avisaron ayer en La Pobla de Mafumet, El Morell y Perafort (Tarragonès) de un accidente químico en la refinería de Repsol. Se trataba de un simulacro en el que la Generalitat había recomendado a los vecinos que participaran haciendo lo que deberían hacer en caso real de siniestro: confinarse en casa, cerrar puertas y ventanas, y estar atentos a la radio. El seguimiento vecinal fue escasísimo en unos municipios habituados a convivir con una industria de riesgo como la química. Por ello la Generalitat quiere incluir en futuros ejercicios a patrullas policiales que fuer...

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Las sirenas de emergencias avisaron ayer en La Pobla de Mafumet, El Morell y Perafort (Tarragonès) de un accidente químico en la refinería de Repsol. Se trataba de un simulacro en el que la Generalitat había recomendado a los vecinos que participaran haciendo lo que deberían hacer en caso real de siniestro: confinarse en casa, cerrar puertas y ventanas, y estar atentos a la radio. El seguimiento vecinal fue escasísimo en unos municipios habituados a convivir con una industria de riesgo como la química. Por ello la Generalitat quiere incluir en futuros ejercicios a patrullas policiales que fuercen a los vecinos a permanecer en sus casas.

Los colegios de primaria de la zona fueron los únicos que cumplieron a rajatabla las órdenes de permanecer en el interior de los edificios. De hecho, la Dirección de Emergencias insiste en que, en caso de accidente real, los padres no vayan a buscar a sus hijos al colegio, ya que la mejor medida es permanecer confinados, aislados del exterior tanto como sea posible. Ayer nadie dejó de ir a por el pan, al banco o al bar entre las 10.00 y las 11.45 horas, cuando se dio por finalizado un ejercicio que permitió comprobar que la megafonía de El Morell no basta para llegar al 100% de la población. Estos municipios han experimentado un espectacular desarrollo urbanístico desde la fecha del último simulacro, en el año 2001.

Joan Boada, secretario de Interior, anunció inversiones para mejorar la megafonía y una mayor frecuencia de estos simulacros, que se pretende repetir cada año. Boada propuso un salto cualitativo: "Tenemos que tomar la decisión de hacer un simulacro de nivel y lograr que el confinamiento sea obligatorio".

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