Reportaje:

Un premio para el teatro de Lavapiés

El Centro Dramático Nacional recibe el galardón de arquitectura española

Antaviana es una palabra mágica que al pronunciarse todo se transforma a su alrededor. Por esa razón, Dagoll Dagom la eligió como título para uno de sus montajes. Y por eso mismo fue el lema que los arquitectos Ángela García de Paredes e Ignacio García Pedrosa, que conocían la obra del grupo teatral, escogieron para el proyecto del teatro Valle-Inclán, sede del Centro Dramático Nacional, en el barrio de Lavapiés, que se inauguró en febrero de 2006. Éste ha sido galardonado con el Premio de Arquitectura Española 2007 que se entregará el próximo 30, a las 19.30, en el Círculo de Bellas Artes....

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Antaviana es una palabra mágica que al pronunciarse todo se transforma a su alrededor. Por esa razón, Dagoll Dagom la eligió como título para uno de sus montajes. Y por eso mismo fue el lema que los arquitectos Ángela García de Paredes e Ignacio García Pedrosa, que conocían la obra del grupo teatral, escogieron para el proyecto del teatro Valle-Inclán, sede del Centro Dramático Nacional, en el barrio de Lavapiés, que se inauguró en febrero de 2006. Éste ha sido galardonado con el Premio de Arquitectura Española 2007 que se entregará el próximo 30, a las 19.30, en el Círculo de Bellas Artes.

Originariamente, el edificio triangular enclavado en la prolongación de la plaza de Lavapiés era la sala Olimpia, que se inauguró como sala de baile a principios de siglo; luego sirvió de cinematógrafo en los años veinte y treinta y después, en los años sesenta, estuvo muy vinculado al teatro alternativo. Hasta que en 1997, dentro del proceso de intervención pública para sanear las infraestructuras de un barrio que estaba degradado, fue convocado un concurso público para convertirlo en teatro de vanguardia y en sede del Centro Dramático Nacional. La pareja de arquitectos ideó un teatro que no fuera convencional. "No es una sala isabelina, de herradura con palcos alrededor", cuenta Pedrosa. "Pretende lo contrario: ser versátil, que el director pueda transformarlo según sus necesidades, que pueda usar sólo una sala o convertirlo todo en una sala continua. Está muy dirigido al espacio de trabajo de actores y directores. Incluso pensado para que un camión pueda entrar en el escenario para descargar material".

Materiales austeros

El edificio, construido con materiales austeros como cristal, madera de boj y acero y cuyo costo y mantenimiento se procuró que no fuera caro, tiene tres salas: una de gran tamaño, otra de teatro de cámara que casi permite que el público toque a los actores y una tercera dedicada a lecturas dramatizadas. En total suman 660 butacas.

El jurado de este premio anual, que otorga el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, valoró el edificio "por la integración del proyecto en el proceso de regeneración del barrio" y destacó "la dignidad que devuelve al paisaje urbano". Un paisaje "muy delicado", califica Pedrosa, "con manzanas muy compactas, y por eso quisimos hacer del edificio el corazón del barrio, que es muy vital, con mucha gente en la calle, que habla, pasea o toca la guitarra. Está en la misma calle del Reina Sofía y se agarra al eje cultural que se prolonga por el eje del Prado hasta Atocha".

El teatro supone, en una trayectoria salpicada de buenos proyectos, algo especial. "Fue la posibilidad de construir en Madrid un edificio cultural, una gran responsabilidad. Quisimos dar al edificio valor cultural, arquitectónico y urbano", concluyen.

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Sede del Centro Dramático Nacional en Lavapiés.CRISTÓBAL MANUEL

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