Centenares de taxistas acompañan en el funeral al colega asesinado

Profesionales de las tres provincias estuvieron presentes en el sepelio

Una procesión blanca acompañó el féretro de José Francisco Sirvent. Más de 500 taxis de Valencia, Castellón y Alicante rodaron ayer por las calles de Valencia con crespones negros en las antenas, la bandera bajada y un claro mensaje en contra del asesinato, la madrugada del pasado viernes, de un compañero. Desde las diez de la mañana, los alrededores del tanatorio situado en el cruce de la avenida de los Naranjos con la avenida de Serrería de Valencia fueron punto de concentración de profesionales del taxi. Y mientras ellos esperaban el inicio de la misa y la posterior salida del féretro, más ...

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Una procesión blanca acompañó el féretro de José Francisco Sirvent. Más de 500 taxis de Valencia, Castellón y Alicante rodaron ayer por las calles de Valencia con crespones negros en las antenas, la bandera bajada y un claro mensaje en contra del asesinato, la madrugada del pasado viernes, de un compañero. Desde las diez de la mañana, los alrededores del tanatorio situado en el cruce de la avenida de los Naranjos con la avenida de Serrería de Valencia fueron punto de concentración de profesionales del taxi. Y mientras ellos esperaban el inicio de la misa y la posterior salida del féretro, más de una docena de coronas homenajeaban al fallecido, entre ellas, una enviada por el gremio de taxistas de Madrid, ciudad en la que hace poco más de un mes moría otro taxista en circunstancias similares a las que acabaron con la vida de José Francisco Sirvent, de 47 años.

Pasadas las 11.30, con un coche de la Policía Local a la cabeza, una singular comitiva iniciaba su camino hacia el Cementerio General de Valencia. Los más de 500 taxistas recorrieron la avenida de Serrería, la avenida de Blasco Ibáñez, la calle de Colón, la calle de Jesús y la calle de Gaspar Aguilar hasta llegar al cementerio, donde la víctima, mortalmente agredida con arma blanca en un polígono industrial de Aldaia, fue incinerada. La comitiva circuló en silencio, despacio, no hubo pitidos, no hubo prisas. "Queremos que los ciudadanos sepan que pasamos por una situación muy difícil, que sentimos el dolor por un compañero y que cualquier día puede ser otro, que trabajamos con miedo, que cada vez son menos los compañeros que circulan por la noche y que nos sentimos desamparados", afirmó Antonio Haro Martínez, secretario de la Asociación Gremial del taxi de Valencia. "Pedimos más seguridad", añadió.La última reunión entre las cuatro asociaciones profesionales con representación y la Administración autonómica fue el pasado lunes día 12. En esa reunión con el director general de Transportes, Vicente Dómine, una de las asociaciones criticó la falta de implicación de la Generalitat y el encuentro acabó por suspenderse sin haber tratado el tema esencial: la seguridad. Tras el asesinato de José Francisco Sirvent, quieren una reunión monográfica de seguridad en los próximos 15 días.

Antonio Haro Martínez explicaba ayer que "la Generalitat dispone de una partida presupuestaria" para ellos "cada año, pero no así la Administración central". Para los taxistas, ayer fue revelador que ningún representante del Gobierno central acudiese al entierro. "Ese banco está vacío porque no se atreven a venir", decía un taxista de Xirivella en la puerta de la iglesia.

Los taxistas quieren que la muerte por herida de arma blanca de José Francisco Sirvent ponga en la agenda política la necesidad de invertir en seguridad. Los compañeros del fallecido, de las 24 emisoras de Valencia ciudad y su área metropolitana, que ayer acudieron al funeral, pidieron un compromiso concreto de las autoridades.

En este momento, los taxistas de la Comunidad Valenciana reciben subvenciones para la instalación de mamparas y de dispositivos GPRS, que les permiten estar en contacto con su central. La mampara tiene un coste que oscila entre los 800 euros y los 1.500 euros, según precisó ayer Haro Martínez. Y el dispositivo GPRS ronda los 1.000 euros. En la ciudad de Valencia y su área metropolitana, de los 2.900 taxis, tienen GPRS alrededor de 1.100.

La instalación de las mamparas supone un problema en algunos de los modelos más extendidos de vehículos. Por ello, los taxistas quieren que la Administración subvencione parte del coste adicional que supone adquirir un monovolumen en lugar de un turismo convencional. En el coche más grande es mucho más fácil, dice Haro Martínez, y más barato instalarla.

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Los taxistas que ayer recorrieron Valencia en señal de duelo por la muerte de su compañero, algunos de los cuales iban acompañados de sus familiares, dejaron patente que la vulnerabilidad de su trabajo en los turnos de noche ha hecho que en los últimos cuatro años haya descendido el número de taxis trabajando después de la una de la madrugada. Haro Martínez afirmó ayer que la media de atracos en Valencia que sufren los taxistas las noches de los viernes y los sábados se sitúa entre seis y siete.

Por otra parte, hoy lunes está previsto que el juez de Torrent decida sobre los dos jóvenes a los que prorrogó la detención el sábado para practicar más pruebas sobre su participación en el asesinato. El tercer implicado, supuesto autor, está en prisión

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