Yo, periodista
En Yo, periodista, de elpais.com, los lectores envían sus noticias. Son vecinos en tareas de corresponsales que construyen relatos sobre lo que sucede cerca de ellos, noticias invisibles muchas veces para los aparatos redaccionales.
- Lápidas en Malgrat. María Jesús Caubilla es una persistente corresponsal de Malgrat, un tormento municipal con sus periódicas descripciones de lo que, a su juicio, está mal hecho. En su última crónica cuenta que los malgratenses han de abonar 68 euros al municipio para colocar una lápida en el cementerio local. "Por si la familia que ha sufr...
En Yo, periodista, de elpais.com, los lectores envían sus noticias. Son vecinos en tareas de corresponsales que construyen relatos sobre lo que sucede cerca de ellos, noticias invisibles muchas veces para los aparatos redaccionales.
- Lápidas en Malgrat. María Jesús Caubilla es una persistente corresponsal de Malgrat, un tormento municipal con sus periódicas descripciones de lo que, a su juicio, está mal hecho. En su última crónica cuenta que los malgratenses han de abonar 68 euros al municipio para colocar una lápida en el cementerio local. "Por si la familia que ha sufrido la pérdida no tiene bastantes problemas, además deberá abonar 68 euros para tener el derecho a poner un trozo de mármol (1 m2 aproximadamente) en las tumbas de sus seres queridos".
- Insultos deportivos. Fernando Ciberio se ha fijado en la pancarta que presidía unas gradas en el campo del Sant Andreu. "El domingo 11 de noviembre se jugaba un derby del fútbol modesto catalán, Sant Andreu-Europa, dos históricos en horas bajas. El equipo visitante, el Europa fue recibido con una gran pancarta en la que se veía un cerdo vestido con su camiseta, a punto de ser degollado por un lobo con la camiseta del Sant Andreu". El huevo de la serpiente.
- Basura en Sant Cugat. Miguel Núñez sostiene que no todos los cambios que ha vivido Sant Cugat son sensatos. La chapuza, aunque no sea monumental, es un incordio. Arbolado de olmos cuyas raíces destrozan aceras; rotondas cuadradas que han de redondearse o demasiado grandes que, luego, han de empequeñecerse. Y la última. "Hace poco cambiaron los contenedores tradicionales de basura por sistemas subterráneos con buzón. Y fue ponerlos en marcha y descubrir que son totalmente insuficientes". Antes un camión automático y una persona vaciaban los contenedores. "Ahora tienen que pasar varios camiones, de caja abierta (como en la década de 1960) y autogrúa, con el consecuente ruido y olor de un camión abierto lleno de basura y con un conductor-gruista y una o dos personas más para ayudar recoger las bolsas que no caben dentro de los nuevos contenedores.