Las secuelas del temporal

"Hoy no me puede pasar más"

"No se puede tener más mala suerte", espetó indignada María Adán después de que el coche no le arrancase el martes. Una compañera recordó ayer las frases de las que había sido testigo. María Adán, una de las dos víctimas mortales de la riada, enterrada ayer en su pueblo de Baños de la Encina (Jaén), había acudido la tarde del martes al colegio Reina Fabiola de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) donde impartía clases desde hace tres años. Algunos compañeros intentaron ayudarle empujando el turismo, pero los intentos fueron inútiles. Cuando desistió, aparcó y, al salir de su interior, exclamó ante va...

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"No se puede tener más mala suerte", espetó indignada María Adán después de que el coche no le arrancase el martes. Una compañera recordó ayer las frases de las que había sido testigo. María Adán, una de las dos víctimas mortales de la riada, enterrada ayer en su pueblo de Baños de la Encina (Jaén), había acudido la tarde del martes al colegio Reina Fabiola de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) donde impartía clases desde hace tres años. Algunos compañeros intentaron ayudarle empujando el turismo, pero los intentos fueron inútiles. Cuando desistió, aparcó y, al salir de su interior, exclamó ante varios colegas: "Hoy ya no me pueden pasar más cosas". Una hora más tarde, falleció.

A María Adán, de 35 años, se le acumularon las malas noticias. Un día antes de la riada, su marido se quedó en el paro. Fue despedido del comercio en el que trabajaba. La mañana del martes se ausentó del colegio para acompañar a su esposo a un abogado laboralista para conocer si el despido era o no procedente. Recuperó esas horas por la tarde, acudiendo a Tutoría, que sólo son los martes.

Cuando se disponía a volver a su casa, donde le esperaban su marido y sus dos hijas, de 3 y 6 años, el sistema de arranque de su turismo no funcionó. Un compañero, que vive cerca de su casa, se ofreció a llevarla en su coche. Al principio, accedió. Sin embargo, cambió repentinamente de opinión y optó por irse con otra maestra que iba con sus hijos a una academia de inglés donde quería matricular a su hija mayor. Cuando se disponían a regresar de la academia, la tromba de agua llevaba varios minutos descargando abundante granizo y agua. El vehículo fue desplazado por el torrente. La otra maestra y uno de sus hijos fueron rescatados por vecinos. El otro sobrevivió agarrado a una farola. El cuerpo de María fue hallado bajo una treintena de coches destrozados.

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