Penalti y expulsión

Inspirada en la famosa frase "Rafa, no me jodas, ¿penalti y expulsión de quién?", pronunciada por el juez de línea Rafa Guerrero al árbitro Mejuto González en un partido de la Liga, Salir pitando pretende estirar del hilo de la citada anécdota para enmarcarla en una historia de adulterio en la que árbitro y linier sean dos de los tres vértices de un triángulo amoroso heterosexual. Pero el guión escrito por Álvaro Fernández Armero y Juan Cavestany, con estructura de road movie, está tan estirado que casi cada secuencia parece durar más de lo debido. Lejos del humor negro y apoyada...

Inspirada en la famosa frase "Rafa, no me jodas, ¿penalti y expulsión de quién?", pronunciada por el juez de línea Rafa Guerrero al árbitro Mejuto González en un partido de la Liga, Salir pitando pretende estirar del hilo de la citada anécdota para enmarcarla en una historia de adulterio en la que árbitro y linier sean dos de los tres vértices de un triángulo amoroso heterosexual. Pero el guión escrito por Álvaro Fernández Armero y Juan Cavestany, con estructura de road movie, está tan estirado que casi cada secuencia parece durar más de lo debido. Lejos del humor negro y apoyada en un costumbrismo rancio y más pusilánime que amargo, quizá impuesto por el éxito de las teleseries nacionales, la comedia sólo se hace soportable gracias a la labor de tres excelentes cómicos (Guillermo Toledo, Javier Gutiérrez y Antonio de la Torre), que sacan petróleo donde sólo hay azucarada camaradería (la trama del trasplante), anodina blancura (la de la esposa y el hijo), desaprovechado esperpento (la del cuñado torero) y algún chiste de esos que se terminan quitando antes de la versión final del guión en un último control de calidad (los apellidos del árbitro: Ratón Pérez).