Tribuna:Inversión | CONSULTORIO

Compra o alquiler

Más allá del debate sobre el grado de electoralismo en las medidas recientemente anunciadas con relación al alquiler de vivienda, lo cierto es que dicha modalidad necesita un claro impulso en nuestro país, dada su exigua presencia, con porcentajes que apenas superan el 10%, muy por debajo de los estándares de otros países.

Ese sesgo hacia la vivienda en propiedad se intensificó en los años de bonanza inmobiliaria de lo que va de década: en un contexto de tipos bajos y expectativas de revalorización permanente de la vivienda, el contraste entre alquiler y compra favorecía claramente a la...

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Más allá del debate sobre el grado de electoralismo en las medidas recientemente anunciadas con relación al alquiler de vivienda, lo cierto es que dicha modalidad necesita un claro impulso en nuestro país, dada su exigua presencia, con porcentajes que apenas superan el 10%, muy por debajo de los estándares de otros países.

Ese sesgo hacia la vivienda en propiedad se intensificó en los años de bonanza inmobiliaria de lo que va de década: en un contexto de tipos bajos y expectativas de revalorización permanente de la vivienda, el contraste entre alquiler y compra favorecía claramente a la segunda. Ese contraste puede dejar de resultar tan favorable a la compra desde que se han roto dos de las premisas básicas: los tipos de interés acumulan ya una intensa subida (más de 2% en términos absolutos o 100% en términos relativos) y no existen ya expectativas de revalorización de vivienda.

El mercado de alquiler debe recibir impulsos mucho más decididos desde las diferentes administraciones públicas

Por ello, desde una perspectiva puramente financiera, la vivienda en alquiler puede pasar a tener un entorno menos desfavorable de los que ha sido el caso a lo largo de la última década.

Pero existen razones para pensar que el mercado de alquiler debe recibir impulsos mucho más decididos desde las diferentes administraciones públicas. Por un lado, la escasa presencia de alquiler en España imposibilita que el mismo ejerza una función de "fluidez" del mercado de vivienda, frente a la rigidez de un mercado basado masivamente en la propiedad, cuyos costes de transacción para la movilidad son mucho más elevados.

Por otro lado, una cuestión de equidad, y de facilitar acceso a la vivienda a capas sociales, o colectivos, cuya accesibilidad a la vivienda en propiedad se ha visto claramente deteriorada como consecuencia de las intensas elevaciones de precios de la vivienda de los últimos años.

De ahí que pueda derivarse una clara necesidad de que las administraciones públicas reorienten sus políticas de apoyo a la vivienda, y especialmente la de protección oficial, hacia la fórmula del alquiler.

Ángel Bergés y Daniel Suárez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

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