Rosell pide más impuestos para castigar el derroche energético

Es imprescindible impulsar el ahorro energético. Y para conseguirlo, debe intentarse "a través de los impuestos", de modo que se penalice el despilfarro del consumo, que en el mundo se ha multiplicado casi por tres en las últimas cuatro décadas. Lo reclamó ayer Juan Rosell, presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, habitualmente reacio a la subida de tributos. Y es una de las principales conclusiones del libro que ayer presentó a la prensa y sobre el que disertó en el Círculo Financiero de La Caixa, titulado ¿Y después del petróleo, qué?

El libro sugiere que los imp...

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Es imprescindible impulsar el ahorro energético. Y para conseguirlo, debe intentarse "a través de los impuestos", de modo que se penalice el despilfarro del consumo, que en el mundo se ha multiplicado casi por tres en las últimas cuatro décadas. Lo reclamó ayer Juan Rosell, presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, habitualmente reacio a la subida de tributos. Y es una de las principales conclusiones del libro que ayer presentó a la prensa y sobre el que disertó en el Círculo Financiero de La Caixa, titulado ¿Y después del petróleo, qué?

El libro sugiere que los impuestos ecológicos deberían sustituir a buena parte de los impuestos sobre ventas, personas y empresas.

"La mejor fuente energética del futuro es el ahorro energético con mayúsculas" afirmó Rosell, profundo conocedor del sector, ex presidente de Enher y de Fecsa-Enher, y hoy consejero de Endesa.

La apuesta de futuro no debe excluir ninguna forma de energía y ha de estar presidida por la innovación tecnológica, subrayó un Rosell convencido de que el rechazo a la energía nuclear es "un error garrafal" y de que es necesario abrir un debate serio sobre "sus ventajas, que superan a sus inconvenientes".

El empresario, que defendió que se construyan nuevas centrales en Cataluña y en toda España, llegó a afirmar que "lo mejor que se podría hacer por África es regalarle plantas nucleares". Sobre los problemas que plantean estas centrales, y en particular los residuos, dijo que éstos suman unas 160 toneladas al año, "y eso se traduce sólo en seis grandes camiones", cuando ofrecen "seguridad del suministro y no emisiones contaminantes".

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