Reportaje:

El pequeño corredor maltratado

Cruce de acusaciones de "torturas" entre la madre y el ex entrenador de Budhia Singh, "el maratoniano más joven del mundo"

Con apenas seis años, Budhia Singh, el niño indio considerado como el "maratoniano más joven del mundo", ha conocido la fama internacional, pero también ha sufrido los peores maltratos. Su madre y el Gobierno acusan a su ex entrenador de tortura. Por otra parte, los medios y la familia del ex entrenador aseguran que, cuando Budhia tenía tres años, la madre lo cambió por unos pocos euros a un vendedor ambulante.

Budhia se convirtió en una celebridad a escala internacional cuando completó una carrera de 65 kilómetros a los cuatro años. Ahora ha vuelto a estar en todos los medios del país ...

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Con apenas seis años, Budhia Singh, el niño indio considerado como el "maratoniano más joven del mundo", ha conocido la fama internacional, pero también ha sufrido los peores maltratos. Su madre y el Gobierno acusan a su ex entrenador de tortura. Por otra parte, los medios y la familia del ex entrenador aseguran que, cuando Budhia tenía tres años, la madre lo cambió por unos pocos euros a un vendedor ambulante.

Budhia se convirtió en una celebridad a escala internacional cuando completó una carrera de 65 kilómetros a los cuatro años. Ahora ha vuelto a estar en todos los medios del país al desvelarse que el entrenador del "niño prodigio", y quien se hacía cargo de su manutención, Biranchi Das, le golpeaba regularmente y le castigaba restringiéndole la comida, según acusaciones de la madre del menor, Sukanti Singh.

Un grupo de activistas obligó al niño a retirarse en el kilómetro 65 de una carrera de 70
Un vendedor ambulante lo compró cuando tenía tres años por 15 euros

"Una vez le colgó de cabeza y le echó agua caliente. Yo me di cuenta de los maltratos por las cicatrices que encontré en el cuerpo de mi hijo", explica por teléfono a este periódico la madre. La traducción se hizo por medio de un periodista local, Deba Parija.

"Yo sí quiero seguir corriendo, quiero ser atleta", expresó por medio del mismo traductor el menor. Sin embargo, aseguró que no quería seguir siendo golpeado y que ahora está mejor en la casa de su madre, adonde ha vuelto tras el escándalo.

Budhia, que quedó huérfano con menos de un año, vive ahora en un pequeño cuartucho de láminas de asbesto con su madre y sus tres hermanas, en el poblado chabolista de Bhubaneshwar, la capital del Estado de Orissa, en la costa este de India y uno de los más pobres del subcontinente.

La madre no le deja salir ni le lleva a la escuela. "Tengo miedo a las represalias que pueda tomar el entrenador, que tiene mucho poder y que ya nos ha amenazado de muerte", se justifica la mujer. El niño asegura que si no denunció antes los abusos fue por temor a su instructor.

Fue hace dos años cuando Das, que dirige una escuela de yudo, descubrió "el talento y la gran resistencia del niño". Se lo llevó a su casa y "le trataba como a un hijo, porque lo único que quería es convertirle en lo que es hoy, un ganador", explica telefónicamente Das. Sin embargo, no quiso contestar a las denuncias por maltrato. Para él sólo se trata de una conspiración del Gobierno. Y añade que las cicatrices de Singh se deben "a su dura infancia en la chabola familiar".

Sin embargo, tras el escándalo provocado por las revelaciones de malos tratos al niño, el entrenador fue encarcelado. Cinco días después salió bajo fianza. No obstante, la batalla legal entre Das y el Gobierno sigue en el tribunal.

La participación de Budhia en maratones ya había sido calificada como "tortura" desde el año pasado por el Departamento para el Bienestar del Niño y la Mujer de India. El desencadenante lo provocó un grupo de activistas para los derechos de los niños, que obligaron al menor a que se retirara tras recorrer 65 kilómetros de los 70 programados en una carrera.

Budhia mostraba signos de agotamiento extremo. Tras una revisión médica, se detectó desnutrición y la presión sanguínea alta.

Pero la madre, Sukanti Singh, no parece librarse de las críticas sobre su comportamiento con el pequeño corredor, según investigaciones de medios indios e internacionales que refuerzan las opiniones de la familia del entrenador.

Sukanti había dado a Budhia a un vendedor ambulante por el equivalente a 15 euros antes de que el entrenador lo recuperara y, en la actualidad, alquila a sus otras tres hijas -de entre 10 y 14 años- como servicio doméstico, según estas fuentes.

"Budhia es lo que menos le importa a Sukanti; lo que quiere es dinero", cuenta por teléfono Gita Panda, esposa del ex entrenador. Y añade que todas las acusaciones contra su marido se deben a que la madre cree injusto el porcentaje de dinero que recibe Budhia por su participación en diversas carreras. La madre refuta esta versión asegurando que si fuera por dinero se "hubiera desprendido" de una de sus hijas: "No de mi hijo".

Mientras ambas partes formulan acusaciones el caso está en los tribunales, que serán los que decidan quién se quedará con la custodia del menor, si el entrenador o su madre.

Mientras tanto, el Gobierno de Orissa ya ha prometido ayuda para la manutención, educación y entrenamiento del menor. Según el presidente del comité del poblado chabolista donde vive la familia de Budhia, Suref Merutrai, el menor entrará hoy domingo 26 de agosto en un centro de entrenamiento deportivo.

De ser así, Budhia podría seguir siendo atleta, como lo desea. "Tras unas pruebas físicas, decidirán cuánto puede correr el niño sin sobrepasar sus capacidades físicas", dice Merutrai.

Budhia Singh, en una carrera en mayo de 2006.ASSOCIATED PRESS

Una estadística alarmante

El maltrato del pequeño maratoniano no es un caso aislado en India, el país que cuenta con el mayor porcentaje de niños del mundo: el 19%. Cada año la población se incrementa en 26 millones de bebés.

Como Budhia Singh, dos de cada tres menores sufren abusos físicos, sobre todo por personas cercanas o con autoridad sobre ellos, según datos de este año del Departamento para el Bienestar del Niño y la Mujer. El Gobierno y Unicef califican los niveles de maltrato infantil de "alarmantes".

El grupo más vulnerable a los abusos es precisamente el de la edad del jovencísimo atleta, entre 5 y 14 años. "Un gran número de niños no están seguros ni en sus propias casas", señala la portavoz de Unicef, Meital Rusdie; la mayoría de los maltratados lo es por sus familiares, lo que impide que su situación sea denunciada. Pero en la escuela tampoco se libran de los castigos corporales: el 65% los recibe.

Según datos de Unicef, unos doce millones de niños trabajan, y según el Gobierno, la mitad de ellos no descansa ni un día a la semana. Budhia es de los que entra en esta estadística: su entrenador le hacía correr al menos 20 kilómetros diarios.

Otro tipo de abuso muy extendido es el sexual. Más de la mitad de los niños en India lo ha sufrido en algún grado. Aunque la peor parte se la llevan las niñas, hasta el punto de que la mitad de ellas afirma desear ser hombre.

Otro de los grandes problemas es que cada vez hay más niños que niñas debido al aborto selectivo de mujeres, por lo que "cada vez las niñas se casan a edad más temprana, por lo que tienen que dejar la escuela y, al mismo tiempo, aumentan los actos de violencia contra ellas", advierte Unicef.

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