Reportaje:

La última puntada

La deslocalización lleva al cierre a pequeñas empresas de confección

La deslocalización del sector textil -el traslado de la confección a países, fundamentalmente asiáticos, de mano de obra barata- estrangula el empleo femenino en Galicia. En Ourense, las 12 trabajadoras de la empresa Ixitlan -que cose para la firma Lonia Textil- se echaron ayer a la calle en la hora del bocadillo, convocadas por la CIG, para denunciar que llevan un mes sentadas en sus puestos sin otra cosa que hacer que pensar en la inminencia del desempleo. Ixitlan es un botón de muestra: desde 2000 hasta hoy han cerrado, según Comisiones, 90 de estos talleres en Ourense y en Galicia 4.000 mu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La deslocalización del sector textil -el traslado de la confección a países, fundamentalmente asiáticos, de mano de obra barata- estrangula el empleo femenino en Galicia. En Ourense, las 12 trabajadoras de la empresa Ixitlan -que cose para la firma Lonia Textil- se echaron ayer a la calle en la hora del bocadillo, convocadas por la CIG, para denunciar que llevan un mes sentadas en sus puestos sin otra cosa que hacer que pensar en la inminencia del desempleo. Ixitlan es un botón de muestra: desde 2000 hasta hoy han cerrado, según Comisiones, 90 de estos talleres en Ourense y en Galicia 4.000 mujeres han quedado en la calle.

Las empleadas de la pequeña empresa orensana que reclaman la continuidad de su trabajo llevan un mes sin cobrar sus salarios y tienen problemas psicológicos. Para manifestarse ayer tuvieron que hacerlo con un pie fuera y otro dentro de la empresa "porque aunque no tengan nada que hacer, no pueden abandonar su puesto de trabajo", recalca el representante provincial de la CIG, Pablo González.

Las 12 orensanas cosían botones y cremalleras para la firma orensana Lonia Textil "en donde el marido de la propietaria de Ixitlan fue administrativo hasta el año pasado" y la CIG ha iniciado gestiones para que la empresaria les rescinda de una vez los contratos mientras se prepara para negociar con Lonia que las absorba en su fábrica. Pero las 12 trabajadoras de Ixitlan no son más que un pequeño porcentaje de las consecuencias de la deslocalización en Galicia, en donde más de un millar de orensanas se han quedado sin empleo en los últimos siete años. Y ello, contando los talleres legales "que son aproximadamente 70 de cada 100".

Antonio Conde, representante del textil de CC OO en Ourense, advierte de la magnitud de este problema. "Se trata de empleos muy sensibles, estas trabajadoras son mujeres sin otra cualificación profesional y al pasar de los 40 años no suelen encontrar otros trabajos", indica el sindicalista.

Conde reconoce que los empresarios tiene derecho a abaratar costes y destaca que incluso las grandes firmas están aumentando sus plantillas "con un crecimiento de 150 trabajadores en los últimos cuatro años" en la provincia de Ourense. Pero se trata de empleos cualificados "porque la confección viene de Pakistán, India, China... y aquí sólo se planchan ya los trajes o los vestidos; los jerséis pasan directamente al comercio".

Así que mientras las plantillas aumentan a base de administrativos, creativos y agentes de ventas, el sector hace aguas por la parte más débil "mientras la mesa de diálogo del sector en Galicia se resiste a afrontar el problema". El representante de CC OO responsabiliza a la Administración autónoma: "Hay que poner millones sobre la mesa y la Xunta no lo hace, a diferencia de las administraciones catalana o valenciana, que piden ayuda al Gobierno o a Europa".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Mientras tanto, de los cerca de 200 pequeños talleres legales de confección que había en Ourense hace una década quedan ahora 20, la mayoría en la comarca de Verín, en donde la firma Roberto Verino se resiste de momento a apostar por el made in China.

Archivado En