Miguel Sanz: "No me siento rehén de ningún partido"

El presidente electo de Navarra, Miguel Sanz, quiere dejar atrás la etapa de crispación, que reconoce como un error fruto de la "opacidad del proceso de negociación" con ETA. Cree que es deseable el entendimiento institucional entre su Gobierno y el presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, a quien atribuye "sin ninguna duda" el liderazgo en la lucha contra el terrorismo. Y admite que ahora se puede dar "un cambio de tono", que no de fondo, en su discurso político.

En una entrevista con Cuatro, la primera desde que fuera designado en segunda votación por el Parlamento Foral para su cu...

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El presidente electo de Navarra, Miguel Sanz, quiere dejar atrás la etapa de crispación, que reconoce como un error fruto de la "opacidad del proceso de negociación" con ETA. Cree que es deseable el entendimiento institucional entre su Gobierno y el presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, a quien atribuye "sin ninguna duda" el liderazgo en la lucha contra el terrorismo. Y admite que ahora se puede dar "un cambio de tono", que no de fondo, en su discurso político.

En una entrevista con Cuatro, la primera desde que fuera designado en segunda votación por el Parlamento Foral para su cuarto mandato, Miguel Sanz (Corella, 1955) asegura que en la entrevista que ya tiene apalabrada con Rodríguez Zapatero le va a pedir "información", además de un plan concreto para las infraestructuras navarras. Sanz deja ver su malestar por que este encuentro no hubiera tenido lugar meses atrás. "No nos gustaba que Navarra fuese permanentemente objetivo preferente de los medios de comunicación y que al presidente del Gobierno de Navarra no se le recibiese [en la Moncloa] y sí a presidentes de otras comunidades, sobre todo al lehendakari, y se dejase sin respuesta los requerimientos que hacíamos", asegura.

Sanz jurará su cargo el jueves en el Palacio de Navarra, en presencia de la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, el presidente del PP, Mariano Rajoy, y algunos presidentes autonómicos a los que ha invitado. Lo ha hecho a todos, incluido Juan José Ibarretxe, de cuyo Gobierno dice que no tiene respeto institucional por Navarra.

Relaciones con Euskadi

Afirma Sanz ser partidario de las relaciones "económicas, culturales, sociales..." con Euskadi, pero expone la dificultad de mantenerlas a nivel político por la "manipulación" que desde el nacionalismo se hace de esta cuestión. "Nosotros respetamos la realidad de la comunidad autónoma vasca. Pedimos que ese respeto sea recíproco desde el Gobierno vasco, sin renunciar a ideologías, pero sí diferenciando cuando se actúa como dirigente de una comunidad y como político", añade.

Sanz es consciente de que en el Parlamento cuenta con una mayoría minoritaria, por lo que tendrá que buscar permanentemente acuerdos con otras fuerzas. Cree que el entendimiento con los socialistas es factible; insiste en que ahora la ley foral permite al presidente convocar nuevas elecciones si la situación es ingobernable y asegura no sentirse "rehén de ningún partido, ni del PSOE, ni del PP".

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El presidente navarro sostiene que la salida a la gobernabilidad en la Comunidad Foral ha quitado "argumentos para mantener tertulias" a quienes estaban interesados en implicar al PSOE con NaBai. Cree, sin embargo, que era importante alcanzar la presidencia porque si se quisiera variar el estatus institucional de Navarra no se podría hacer sólo desde el Parlamento, ya que el Régimen Foral obliga a que sea previo pacto, y en él debe estar la jefatura del Gobierno.

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