The Ellas clausura el festival On&Off de cortometrajes

Los responsables de la tercera edición del On&Off de cortometrajes ultimaban ayer la recogida de todo el material. Atrás quedaban cuatro días de intensa actividad audiovisual en la que la implicación del pueblo fue "total", según Xoán Mariño, el responsable de Mr. Misto, la productora que organizaba este certamen. Lo que más sorprendió a la organización fue la elaboración de 15 cortos para A toda mecha, una categoría en la que los participantes debían grabar y montar una película en los cuatro días que duró el festival. El ganador de este apartado fue Carlos Seijo, un joven coruñés auto...

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Los responsables de la tercera edición del On&Off de cortometrajes ultimaban ayer la recogida de todo el material. Atrás quedaban cuatro días de intensa actividad audiovisual en la que la implicación del pueblo fue "total", según Xoán Mariño, el responsable de Mr. Misto, la productora que organizaba este certamen. Lo que más sorprendió a la organización fue la elaboración de 15 cortos para A toda mecha, una categoría en la que los participantes debían grabar y montar una película en los cuatro días que duró el festival. El ganador de este apartado fue Carlos Seijo, un joven coruñés autor de Sen escrúpulos, quien contaba que la mayor satisfacción no son los 3.000 euros de premio sino ver cómo sus imágenes calaban en el numeroso público congregado en el Cantón dos Morenos. Él no rueda cortometrajes, "prepara un ritual" y "hace viajar" a la gente.

Antes de la entrega de este premio se proyectaron los cortos elaborados por los directores invitados. Alber Ponte, Jairo Iglesias y los hermanos Prada presentaron No tardes, 1936 y Ribadeo, respectivamente. Alber Ponte también tuvo protagonismo al recibir el Misto de Cera honorífico en reconocimiento a su actividad en el mundo audiovisual. También recibieron su correspondiente galardón La gran revelación, de Santi de Lucas, como mejor cortometraje de ficción; Cousas do Kulechov, mejor documental-experimental y rodada por Susana Rei y Carne de cañón, de Darío Fernández y sobresaliente en corto de animación. El propio público que asistía a las proyecciones fue el jurado en estas categorías, excepto en el caso de A toda mecha, donde sí hubo jueces profesionales.

El certamen "llenó de dinamismo" Ribadeo durante cuatro días y el buen tiempo animó la asistencia de público -1.200 personas al acto de clausura-. Luis Tosar protagonizó la recta final del encuentro atrayendo a un sector de público al que no se habría llegado solamente con los cortometrajes, según Mariño. Su grupo, The Ellas, fue el encargado de cerrar este festival que se despide dejando la impresión de que, tras cuatro días de fiesta, Ribadeo ha perdido vida.

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