Tribuna:Inversión | CONSULTORIO

Castigos diferenciales

Esta semana hemos vuelto a tener ocasión de comprobar la asimetría de los mercados bursátiles: los rendimientos, aunque se distribuyan según una función normal, presentan un extremo izquierdo más ancho (big tail). Es decir, cuando se experimentan caídas de los índices, el mercado tiende a sobre reaccionar y a sufrir pérdidas que se escapan de lo previsto en la distribución de probabilidad. Llevamos ya varios casos recientes para poder contrastarlo: mayo de 2006, febrero de 2007 y este último.

La mayor frecuencia de estos episodios de reacción intensa tienen que ver con una...

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Esta semana hemos vuelto a tener ocasión de comprobar la asimetría de los mercados bursátiles: los rendimientos, aunque se distribuyan según una función normal, presentan un extremo izquierdo más ancho (big tail). Es decir, cuando se experimentan caídas de los índices, el mercado tiende a sobre reaccionar y a sufrir pérdidas que se escapan de lo previsto en la distribución de probabilidad. Llevamos ya varios casos recientes para poder contrastarlo: mayo de 2006, febrero de 2007 y este último.

La mayor frecuencia de estos episodios de reacción intensa tienen que ver con una menor infravaloración de las bolsas, con unas condiciones monetarias menos expansivas y con las dudas sobre la capacidad de crecimiento del PIB y, en especial, sobre el efecto que puede tener la recesión en el mercado inmobiliario residencial de EE UU.

"El castigo en el mercado de crédito se ha trasladado al mercado de renta variable con intensidad. Tal vez demasiada"

Esta ha sido, como en febrero, la espita del movimiento correctivo de los mercados que, en esta ocasión, ha tenido un protagonista claro: los diferenciales en el mercado de crédito. Éstos han repuntado en todos los casos, bien sea en productos relacionados con las hipotecas de alto riesgo, en empresas de cualquier calidad crediticia o en emisiones de renta fija de los de países emergentes. El castigo en el mercado de crédito se ha trasladado al mercado de renta variable con intensidad. Tal vez demasiada.

¿Por qué decimos esto? Porque el repunte de los diferenciales no hace sino acercarlos a unos niveles más en línea con las medias históricas, abandonando definitivamente la zona de mínimos históricos. Por lo tanto, no ha hecho más que corregir la elevada sobrevaloración que presentaba, y contagiando a una renta variable que no muestra ese exceso de precio. Porque las bolsas, sobre todo después de la reciente caída, siguen sin estar caras, ya que continúan contando con el apoyo de unos resultados empresariales que crecen a tasas cercanas al 10% gracias, a su vez, a un PIB mundial que crece por encima del 5%, como esta semana nos recordaba el FMI.

David Cano y Alberto Ruiz son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo AFI).

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