Reportaje:

Golf sintético y ecológico

El Instituto de Biomecánica de Valencia desarrolla un césped artificial similar al natural que ahorra miles de litros de agua

Sólo en la zona de la Sierra Calderona hay cinco proyectos para construir campos de golf. Decenas de planes similares se amontonan en los despachos de la Administración paralizados por los problemas de abastecimiento de agua. Y es que este deporte es sinónimo de gasto hídrico: un campo de 100.000 metros cuadrados consume un millón de litros de agua al día. De ahí la búsqueda de una alternativa que permita el ahorro de agua y que pueda ser compatible con las mismas sensaciones que transmite la hierba.

Ayer se anunció un importante paso en este camino. El Instituto de Biomecánica de Valen...

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Sólo en la zona de la Sierra Calderona hay cinco proyectos para construir campos de golf. Decenas de planes similares se amontonan en los despachos de la Administración paralizados por los problemas de abastecimiento de agua. Y es que este deporte es sinónimo de gasto hídrico: un campo de 100.000 metros cuadrados consume un millón de litros de agua al día. De ahí la búsqueda de una alternativa que permita el ahorro de agua y que pueda ser compatible con las mismas sensaciones que transmite la hierba.

Ayer se anunció un importante paso en este camino. El Instituto de Biomecánica de Valencia presentó un nuevo tipo de hierba sintética concebido específicamente para su aplicación en campos de golf, adaptable a las diferentes zonas de cada hoyo y que consigue reproducir el comportamiento de la bola y la interacción del calzado y el palo sobre el mismo. Pero sobre todo, según señaló el director del IBV, Pedro Vera, este compuesto reduce "considerablemente" la necesidad de agua, por lo que podría emplearse especialmente en las zonas de España más afectadas por la sequía, como el sur de Alicante. Frente al millón de litros al día, un campo de estas características consumiría mil litros a la semana. Se trata de un proyecto de investigación que ha sido financiado por la antigua Consejería de Empresa, Universidad y Ciencia en la que ha colaborado o la Universidad Miguel Hernández y la empresa Eurogras 2000.

A pesar de las ventajas, los impulsores del este proyecto reconocieron que existe un gran escepticismo entre los gerentes de los campos de golf, dado que temen que las sensaciones de juego sean diferentes. "Hemos realizado mediciones de todos los factores que influyen en el comportamiento de la hierba, la interacción del calzado, el bote de la pelota, la forma de rodar e incluso las vibraciones del palo al impactar con el suelo", señaló ayer David Rosa, uno de los responsables del trabajo. Con estos datos se han elaborado 52 prototipos diferentes de hierba para ajustarlos a las diferentes condiciones que se encuentran los jugadores y recrear el comportaniento de las diferentes zonas (tee, calle y green).

A mitad de agosto está previsto que exista una zona de pruebas (de momento sólo cuatro hoyos) con esta superficie. Un primer paso para tratar de convencer a los incondicionales de la hierba natural.

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