Reportaje:

Segundo asalto a El Algarrobico

Los activistas de Greenpeace pintan la fachada del hotel y apremian a su derribo

El blanco deslumbrante de la fachada del hotel que Azata del Sol construía en el paraje de El Algarrobico, en Carboneras (Almería), tiene desde ayer unas letras en negro que ocupan varios pisos de altura de la edificación y en las que puede leerse en mayúsculas "ilegal".

Activistas de Greenpeace desembarcaron por segunda vez en el paraje para protagonizar un nuevo asalto al edificio cuyas obras fueron paralizadas por un juzgado de Almería. Los ecologistas aseguran que tanto a la Consejería de Medio Ambiente como al Ministerio "les falta voluntad y determinación" para demoler el hotel de...

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El blanco deslumbrante de la fachada del hotel que Azata del Sol construía en el paraje de El Algarrobico, en Carboneras (Almería), tiene desde ayer unas letras en negro que ocupan varios pisos de altura de la edificación y en las que puede leerse en mayúsculas "ilegal".

Activistas de Greenpeace desembarcaron por segunda vez en el paraje para protagonizar un nuevo asalto al edificio cuyas obras fueron paralizadas por un juzgado de Almería. Los ecologistas aseguran que tanto a la Consejería de Medio Ambiente como al Ministerio "les falta voluntad y determinación" para demoler el hotel definitivamente.

La Junta ejerció meses atrás el derecho de retracto sobre la finca en la que se levanta el hotel, dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, y espera únicamente a que el Estado la expropie para llevar a cabo la demolición.

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Sin embargo, los activistas consideran que los plazos se han demorado demasiado en el tiempo. Con una nueva acción protesta han querido dejar claro que siguen "pendientes" de lo que pase en El Algarrobico.

Desde el buque Rainbow Warrior cinco lanchas tipo zodiac se dirigieron, al filo de las 7.00 horas, hasta la misma orilla del paraje donde se ubica el hotel paralizado. Ya desde el arenal, los ecologistas cruzaron a pie la carretera y se encaramaron hasta la fachada del hotel para llevar a cabo su misión.

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La pintada gigante de la palabra "ilegal", con letras de tres pisos de altura, ocupa una superficie de 1.200 metros cuadrados e incluye ventanas y balcones. Mientras, el Rainbow Warrior permaneció fondeado frente a la playa de El Algarrobico hasta las cinco de la tarde y varias lanchas de Greenpeace recorrieron las aguas de este tramo de costa protegida portando pancartas con el mensaje "Hotel ilegal. Demolición" y "Recuperemos el Mediterráneo".

"Han pasado dos años desde nuestra primera denuncia. A pesar de los compromisos expresados tanto por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, como por el presidente de la Junta, Manuel Chaves, asegurando que el hotel se demolería, las obras han seguido adelante este tiempo y nada hace pensar que el hotel vaya a desaparecer de esta playa", expuso María José Caballero, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace desde la playa del Algarrobico.

Azata del Sol desmintió en cuestión de minutos que las obras hayan seguido adelante desde que el juez ordenara su paralización en febrero de 2006. "Como consecuencia de la paralización inmediata de las obras no se pudo concluir la impermeabilización de terrazas (cubierta de las plantas inferiores en la construcción escalonada que tiene el edificio) ni el acristalamiento de paramentos que dan al mar frente a la brisa marina, por lo que los daños de humedades en techos, maderas y elementos metálicos son muy importantes y se incluyen en los daños y perjuicios que se deben recoger y reparar dentro de los contenciosos judiciales que Azata del Sol ha incoado en defensa de sus legítimos intereses", explicó el portavoz de la empresa en Almería, Antonio Baena.

La organización conservacionista estima que entre las dos administraciones ha existido una "falta de coordinación" para abordar este asunto y dilatar la demolición del edificio de 20 plantas y 411 habitaciones.

"A día de hoy, el Ministerio de Medio Ambiente sigue adelante con el dilatado proceso de expropiación de los terrenos ocupados ilegalmente por el hotel y sin llegar a un acuerdo con la empresa constructora, Azata, que, además, se ha embarcado en numerosas causas judiciales para dilatar el asunto y poder pedir mayores reclamaciones", remacha Caballero.

Desde el ministerio, el secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano, aseguró que el hotel "se va a tirar", si bien puntualizó que es necesario "seguir el procedimiento de expropiación, que tiene sus trámites", informa Europa Press.

Por su parte, la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, afirmó desde Córdoba que la Junta ha cumplido los compromisos que adquirió en relación con el hotel de El Algarrobico, a falta de demoler el edificio y restaurar la zona una vez que el Estado lo haya expropiado. "La Junta de Andalucía se comprometió a dos cosas cuando se detectó la construcción del hotel El Algarrobico: la primera, que no se iba a inaugurar, lo cual se ha cumplido, y la segunda era el retracto sobre la finca en la que se ubica el hotel, y hoy por hoy, esa finca, salvo que un juez diga lo contrario, pertenece a la Junta de Andalucía, que, por tanto, ha cumplido a rajatabla sus compromisos", dijo la consejera.

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