El calor afecta a la cantidad y calidad del sueño en vacaciones

La subida de las temperaturas y el cambio de hábitos de vida durante las vacaciones afectan a la calidad y a la cantidad del sueño de muchas personas, ya que estos factores incrementan el número de despertares que se producen en horas de sueño y provocan que no se llegue a conciliar un sueño profundo y reparador. Así lo han constatado desde la Unidad de Patologías del Sueño del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Doctor Peset de Valencia, una unidad que realiza al año alrededor de 500 estudios de sueño para detectar y tratar problemas como el insomnio, la apnea u otros trastornos ...

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La subida de las temperaturas y el cambio de hábitos de vida durante las vacaciones afectan a la calidad y a la cantidad del sueño de muchas personas, ya que estos factores incrementan el número de despertares que se producen en horas de sueño y provocan que no se llegue a conciliar un sueño profundo y reparador. Así lo han constatado desde la Unidad de Patologías del Sueño del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Doctor Peset de Valencia, una unidad que realiza al año alrededor de 500 estudios de sueño para detectar y tratar problemas como el insomnio, la apnea u otros trastornos que merman la calidad de vida de las personas al no dejarles descansar correctamente durante la noche.

De hecho, aunque se considera que el verano es un período propicio para el descanso, hay una serie de factores que no favorecen el sueño habitual, como el calor, el ruido de la calle que es más evidente al dormir con las ventanas abiertas, el cambio de colchón al irse de vacaciones o la sequedad ambiental si utilizamos aire acondicionado. "Sin llegar a los grandes cambios del ritmo viligia-sueño producidos por los vuelos transoceánicos, el retraso de la hora de acostarse, unido a un mayor consumo de estimulantes o tabaco, pueden producir una dificultad para conciliar el sueño", según explica Juan Moliner, jefe del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Universitario Doctor Peset. Afirma también que el alcohol produce un sueño fácil, pero de escasa calidad, por lo que no es una sustancia recomendable como inductor del sueño. Además, unido a excesos alimentarios favorece la regurgitación gástrica, con la consiguiente acidez o incluso dolor retroesternal en personas con facilidad para la hernia de hiato, que puede confundirse con un problema cardíaco agudo.

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