Teresa Freixes afirma que la amenaza islamista no debe hacer cambiar la forma de vida de los europeos

La amenaza del radicalismo islamista no debe hacer que los ciudadanos europeos cambien su forma de vida ni renuncien a sus signos de identidad, como la igualdad y la libertad, sostiene la catedrática Teresa Freixes, asesora del Ministerio de Exteriores. Freixes, que fue premio Mujer Europea del Año en 2004 y es catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, participó ayer en San Sebastián en un curso de verano de la Universidad del País Vasco sobre los éxitos y desafíos de la UE.

Aunque "los tiempos no son fáciles", la profesora insistió en que la mejor forma de o...

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La amenaza del radicalismo islamista no debe hacer que los ciudadanos europeos cambien su forma de vida ni renuncien a sus signos de identidad, como la igualdad y la libertad, sostiene la catedrática Teresa Freixes, asesora del Ministerio de Exteriores. Freixes, que fue premio Mujer Europea del Año en 2004 y es catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, participó ayer en San Sebastián en un curso de verano de la Universidad del País Vasco sobre los éxitos y desafíos de la UE.

Aunque "los tiempos no son fáciles", la profesora insistió en que la mejor forma de oponerse al terror es seguir viviendo con normalidad, aunque "tomando alguna precaución más que hace unos años". "Evidentemente, uno se pregunta por qué no puede pasear por el desierto del Yemen tranquilamente, pero es que nunca se ha podido pasear por el desierto del Yemen tranquilamente. Hay que tomar precauciones y asegurarse las rutas", señaló.

Freixes considera que los países de la UE han construido mucho toda la "dogmática jurídica" en torno a "las garantías relacionadas con la libertad", pero han avanzado menos en el campo de la seguridad porque no se sentían "tan inseguros". Sin embargo, los aspectos jurídicos sobre la seguridad se van a "comunitarizar de una manera clara" en el nuevo Tratado europeo, de la misma manera que se ha hecho desde el ámbito intergubernamental, "donde la seguridad lleva bastantes años siendo un tema prioritario".

En su opinión, uno de los desafíos de la UE es cómo encajar dentro de un sistema democrático los derechos a la libertad y la seguridad cuando ambos entran en colisión. "Sí que hemos tenido algunas limitaciones a la libertad, pero es que estamos teniendo limitaciones muy graves también a la seguridad". Lo que hay que procurar, añade, es que las cesiones que se puedan hacer en la libertad o la seguridad "no sean desproporcionadas, ni injustificadas, sino sólo el límite justo para que los dos puedan realmente ejercitarse". No obstante, advirtió que la UE no debe ser sólo un espacio de libertad y seguridad, sino también "de justicia", de forma que si hay extralimitaciones éstas no queden impunes.

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