Reuniones sin éxito en la barra de un bar

"No, todavía no hay un acuerdo". El sábado, a tres horas de la sesión de investidura, el concejal de Izquierda Unida Raúl Calle afirmó a este periódico que el pacto seguía en el aire. "Vaya, no tenía ni idea", indicó al teléfono un portavoz del PSOE poco después. El PSOE, con 11 concejales, necesitaba los tres de IU para ganar al PP (12 ediles). Pero la sorpresa se hizo rostro durante la sesión. Ganó Guadalupe Bragado (PP), que leyó un discurso que llevaba preparado y prometió ser la alcaldesa "de todos".

A Rafael Gómez Montoya, aspirante a la alcaldía por el PSOE, se le encendió la car...

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"No, todavía no hay un acuerdo". El sábado, a tres horas de la sesión de investidura, el concejal de Izquierda Unida Raúl Calle afirmó a este periódico que el pacto seguía en el aire. "Vaya, no tenía ni idea", indicó al teléfono un portavoz del PSOE poco después. El PSOE, con 11 concejales, necesitaba los tres de IU para ganar al PP (12 ediles). Pero la sorpresa se hizo rostro durante la sesión. Ganó Guadalupe Bragado (PP), que leyó un discurso que llevaba preparado y prometió ser la alcaldesa "de todos".

A Rafael Gómez Montoya, aspirante a la alcaldía por el PSOE, se le encendió la cara y siguió colorada hasta que abandonó el centro cívico José Saramago sin soltar una palabra. En menos de 20 minutos se volatilizaron los esfuerzos de los encuentros a cuatro bandas celebrados en la barra de un restaurante en 15 días.

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Por el PSOE, dos ediles: Rafael Gómez Montoya y Antonio Gómez, su número dos. Por IU, otros dos. Raúl Calle y José Castejón. El escenario, el restaurante Los Frailes, en el paseo del mismo nombre de Leganés. De forma intermitente, los cuatro quedaban para tomar unas cañas. Mantuvieron "seis u ocho" reuniones. "No, nunca comimos juntos", reconoció ayer Montoya. El viernes las cañas duraron casi una hora, según el PSOE. El sábado "durante dos horas" entraron y salieron del restaurante, sin llegar a cerrar nada. Calle aseguró el sábado que no se juntaron "ni diez minutos". Cuando los socialistas se marcharon, los de IU sí se quedaron a comer.

Cuatro representantes del PSOE de Leganés y otros cuatro de IU mantenían reuniones en paralelo para redactar un acuerdo programático que no se llegó a cerrar. Y hubo cientos de llamadas entre las direcciones regionales. Ningún frente tuvo éxito.

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