Cinema Jove arranca con cine arriesgado y de calidad realizado en Valencia

El duro largo 'De espaldas al mar' y el corto sobre el 11-M 'Salvador' abren el festival

De espaldas al mar, un arriesgado y complejo filme dirigido por Guillermo Escalona, rodado y producido en Valencia, inauguró ayer la 22 edición de Cinema Jove en lo que constituyó un festín del cine valenciano. El cortometraje que acompañó a la sensible película de Escalona en la gala de apertura también se realizó en Valencia. Se trata de Salvador (Historia de un milagro cotidiano), de Abdelatif Hwidar, una fábula sobre los atentados del 11-M. Ambas cintas ofrecieron un excelente colofón de una sencilla ceremonia presentada por María Almudéver.

Por primera vez en sus 22 a...

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De espaldas al mar, un arriesgado y complejo filme dirigido por Guillermo Escalona, rodado y producido en Valencia, inauguró ayer la 22 edición de Cinema Jove en lo que constituyó un festín del cine valenciano. El cortometraje que acompañó a la sensible película de Escalona en la gala de apertura también se realizó en Valencia. Se trata de Salvador (Historia de un milagro cotidiano), de Abdelatif Hwidar, una fábula sobre los atentados del 11-M. Ambas cintas ofrecieron un excelente colofón de una sencilla ceremonia presentada por María Almudéver.

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Por primera vez en sus 22 años de historia, Cinema Jove abrió sus actividades con una película valenciana. Pero no hay, en la elección de De espaldas al mar, ningún signo de chovinismo. La propuesta de Escalona tiene el suficiente empaque como para inaugurar un certamen en el que no concursa porque su director ha superado por poco los 35 años, la edad límite para participar en la sección oficial.

A través de tres mujeres de diversa condición -una camarera, una futbolista y una disminuida-, Escalona compone un extraordinario collage, en el que combina temas como el aborto, los abusos sexuales, la amistad, la muerte o la pareja, con la soledad como telón de fondo. No es de extrañar que su propio director la califique como "dura e incómoda", pues su visión difícilmente deja indiferente al espectador. Tampoco deja indiferente la forma que tiene el realizador de contar su historia. En formato de vídeo y con un sonido que, al menos ayer, hacía bastante complicado seguir los diálogos. El director valenciano asumió esos riesgos al explicar, en la presentación de su película, que eran "parte de un proceso que todavía no ha acabado y que puede terminar en el formato tradicional de cine".

Pero lo más sorprendente de De espaldas al mar no es esa apuesta por el vídeo, ni el unir tres historias desgarradas en una profunda reflexión sobre la tristeza. Lo verdaderamente novedoso es que la película de Escalona es, como él mismo dice, "un agujero por donde miras algo que sucede", la esencia del voyeurismo y del propio cine. Algo que comienza desde el rodaje, como explicaron los actores valencianos Cristina Perales y Ximo Solano. "[El realizador] te esconde la cámara y filma escenas que duran 25 minutos, lo que hace que el actor esté en peligro constantemente", según la actriz. Un proceso que dota a la película de una palpable sensación de realidad.

La saludable sorpresa que supuso De espaldas al mar, una cinta que "encaja con el espíritu de Cinema Jove", en palabras del director del certamen Rafael Maluenda, la refrendó el corto Salvador (Historia de un milagro cotidiano), del ceutí afincado en Valencia Abdelatif Abdesalam Hwidar. Una imaginativa recreación sobre aquella mochila que nunca explotó en los atentados del 11-M -"lo único bueno que ocurrió aquel día", explicó Hwidar- que surgió del sentimiento de un director de origen árabe y religión musulmana: "Que alguien hablara en mi nombre y en el de los que creen como yo, es algo que no podía soportar cuando vi por televisión lo que había sucedido".

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