Reportaje:Tenis | Nadal, tricampeón de Roland Garros

La incomparable pasión del deporte

Nadal, con su tercer título en Roland Garros, pone el broche a un fin de semana excitante como pocos

Hay momentos en los que el deporte resulta incluso más irresistible de lo habitual. Jornadas en las que justifica con creces por qué ha cruzado el siglo como el mayor fenómeno de masas del universo. De punta a punta del planeta nada moviliza más a la gente, atraída por las pasiones que despiertan las competiciones, eventos en los que encuentra referentes, sustitutos, héroes, personajes que le permiten por unas horas transitar por la irrealidad. Como ha ocurrido este fin de semana, con sucesivas emociones.

Sin tiempo para el sosiego tras la inolvidable y cardiaca jornada futbolística del...

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Hay momentos en los que el deporte resulta incluso más irresistible de lo habitual. Jornadas en las que justifica con creces por qué ha cruzado el siglo como el mayor fenómeno de masas del universo. De punta a punta del planeta nada moviliza más a la gente, atraída por las pasiones que despiertan las competiciones, eventos en los que encuentra referentes, sustitutos, héroes, personajes que le permiten por unas horas transitar por la irrealidad. Como ha ocurrido este fin de semana, con sucesivas emociones.

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Sin tiempo para el sosiego tras la inolvidable y cardiaca jornada futbolística del sábado, la caldera deportiva se atizó con creces tras un domingo excitante como pocos. A rebufo de Ruud Van Nistelrooy y Raúl Tamudo, Jorge Lorenzo, un mallorquín de 20 años tan descarado como competitivo, se paseó en el Gran Premio de Catalunya de motociclismo para deleite de los 112.600 espectadores que inundaron Montmeló. Preludio de una excepcional carrera de MotoGP, con, Dani Pedrosa, tercero al final, a todo gas junto a Casey Stoner y Valentino Rossi, un mito sobre dos ruedas.

Como Rafa Nadal, convertido ya en un icono de por vida del deporte español. El manacorense encadenó su tercer triunfo en París. Y a lo grande, frente al elegante Roger Federer, un número uno mayúsculo. Nadal y Federer han sellado una rivalidad de leyenda que ha rescatado al tenis de un cierto estado comatoso, sometido como estaba al efímero protagonismo de pegadores con aire de robocop. Nadal, un trueno en la pista, y Federer, un caballero suizo que podría jugar con esmoquin, suceden a otras parejas que alistaron legiones a su alrededor. Fue el caso de Magic Johnson y Larry Bird con el baloncesto, de Sebastian Coe y Steve Ovett con el atletismo y Alain Prost y Ayrton Senna con el automovilismo.

Otro español, Fernando Alonso, séptimo ayer en Montreal, lleva el mismo camino. En este caso con un compañero de equipo, Lewis Hamilton, que ayer ganó su primer gran premio tras una carrera caótica e intrigante. Un guión idóneo para cerrar un fin de semana efervescente. Pura pasión. Incomparable.

Rafa Nadal celebra su victoria sobre Roger Federer.ASSOCIATED PRESS

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