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Los 'super' financieros

Hace una década surgieron en el Reino Unido iniciativas para incorporar productos y servicios financieros en supermercados y grandes superficies. En algunos casos, las iniciativas venían acompañadas de vistosas puestas en escena, con la implantación de quioscos multimedia, aunque en la mayoría de los casos la forma de desarrollo de esta oferta venía en la forma de mostradores especializados en el centro comercial.

En esa línea han seguido avanzando las grandes cadenas de distribución, creando sus propias entidades financieras y de seguros, ampliando la oferta y sobre todo simplificando ...

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Hace una década surgieron en el Reino Unido iniciativas para incorporar productos y servicios financieros en supermercados y grandes superficies. En algunos casos, las iniciativas venían acompañadas de vistosas puestas en escena, con la implantación de quioscos multimedia, aunque en la mayoría de los casos la forma de desarrollo de esta oferta venía en la forma de mostradores especializados en el centro comercial.

En esa línea han seguido avanzando las grandes cadenas de distribución, creando sus propias entidades financieras y de seguros, ampliando la oferta y sobre todo simplificando los procesos de compra de productos financieros e integrándolos mucho más en la operativa tradicional de su negocio.

Las cadenas de distribución venden desde hace años productos financieros. La banca ha decidido ahora vender productos de consumo

El valor que quieren explotar estas cadenas de distribución no es otro que su base de clientes, extensísima y de la que pueden extraer información muy valiosa en la predicción de las necesidades financieras -le será más fácil a un supermercado saber si un cliente ha ampliado su familia sólo con saber su lista de la compra que a una entidad financiera y esa lista de la compra dice más de los hábitos de consumo y de la racionalidad de éstos que el historial de una cuenta corriente-.

Ahora surgen iniciativas en sentido contrario. Las entidades quieren entrar a distribuir bienes y servicios no financieros. Llevaban años haciéndolo, pero siempre de forma puntual, en campañas de venta de electrodomésticos u otros bienes como forma de captar la financiación. Parece que la necesidad de defenderse de nuevos competidores obliga a entrar en este juego.

Aun así, hay algunos elementos de diferencia en la distribución. Por un lado, los canales físicos, aunque extensos en número, en el caso de las entidades adolecen de una estrechez en los horarios al público -al menos en términos comparativos-. En cambio, en los canales virtuales podría considerarse que ambos sectores están en un nivel de sofisticación elevado, pero la frecuencia de uso de los canales virtuales en banca es mayor que en distribución.

S. Esteban y E. Martín son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

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