80 viajeros acusan a Renfe de "engaño" tras dormir en la estación de Atocha

"¡Nos han engañado!". Fue la queja más escuchada ayer en Atocha, donde 80 viajeros pernoctaron en un salón vip de la estación. Un total de 160 personas que viajaban la noche del martes en dos trenes con destino Valencia y Alicante tuvieron que dar media vuelta en Aranjuez por culpa de una inundación en la vía. El temporal afectó a 28 trenes y 2.500 viajeros en total.

En el tren, dijeron varios viajeros, les prometieron alojamiento en Madrid. No fue así. "Nos han dado otro billete, cacahuetes y unos cafés de gracia", se quejaba Ricardo, de 57 años. Eran las 6.30 de la mañana y no ...

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"¡Nos han engañado!". Fue la queja más escuchada ayer en Atocha, donde 80 viajeros pernoctaron en un salón vip de la estación. Un total de 160 personas que viajaban la noche del martes en dos trenes con destino Valencia y Alicante tuvieron que dar media vuelta en Aranjuez por culpa de una inundación en la vía. El temporal afectó a 28 trenes y 2.500 viajeros en total.

En el tren, dijeron varios viajeros, les prometieron alojamiento en Madrid. No fue así. "Nos han dado otro billete, cacahuetes y unos cafés de gracia", se quejaba Ricardo, de 57 años. Eran las 6.30 de la mañana y no había podido dormir nada. Aquejado de una hernia discal, visiblemente cansado, se apoyaba en un bastón. Había venido a Madrid "a la consulta del médico". Terminó el día en un sillón. Y gracias. "La gente se puso rebelde y por eso abrieron la sala vip", explicó Juan Carlos Moreno, de 40 años.

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El caso más surrealista lo vivió Sergio Navarro, de 27 años. "He salido a la calle a fumar un poco antes de la una. Han cerrado las puertas y no me han dejado volver dentro", dijo. "El trato ha sido fatal", se lamentaba. No tuvo más remedio que "dormir" a la intemperie, bajo unas escaleras, protegido de la lluvia incesante. Eso a pesar de que intentó enseñar su billete a los guardias de seguridad, que no le hicieron ni caso. Sobre las dos de la mañana, un redactor de este periódico intentó entrar en Atocha para pasar la noche con los afectados. Sin éxito. El vigilante se negó. El tipo, a lo Torrente, se desgañitaba mientras acariciaba su porra, decorada en su extremo con la bandera nacional: "Me está usted tocando los cojones. Soy español y no le dejo pasar".

A las cinco se abrieron las puertas de Atocha. "Buenos días [Torrente]". Y para adentro. Allí Sergio intentaba entrar, por fin, en calor. Sin un duro en el bolsillo y hambriento, negaba que les hubieran ofrecido dormir en un hotel: "Sólo nos dieron otro billete para viajar por la mañana". La compañía negó ayer por la tarde que no hubiera facilitado alojamiento. "Hemos metido a 25 personas en hoteles" aseguraron. Pero en la estación, de madrugada, una veintena de viajeros negaron enérgicamente que fuera así. A las 6.30 se abrió la oficina de reclamaciones. En la cola había decenas de personas, como María Martínez, de 36 años, y Begoña Martínez, de 41, que habían viajado juntas por negocios. "Encontramos una suite por 160 euros sin la ayuda de Renfe", señalaba María. Escéptica, Begoña no confiaba en recuperar el dinero: "No creo que valga para nada reclamar". Una portavoz de Renfe prometió ayer que "se reembolsará todo". No el precio del billete. "El mal tiempo no es culpa nuestra", se excusó.

Hubo una pasajera, de 31 años y embarazada de dos meses, que pudo descansar un poco en un hotel. "Me lo busqué yo", repitió. Entre risas, decía: "¡Por favor no pongas mi nombre en el periódico, que mi familia todavía no sabe que voy a ser madre!".

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"He pedido cuatro veces que bajaran el aire acondicionado, pero decían que no sabían cómo", explicó Irene Cano, de 23 años, en la sala vip. Eligió mal día para llevar sandalias: "Me he puesto una bolsa en los pies del frío que he pasado, ¡imagínate!". Finalmente, los viajeros pudieron salir a las nueve de la mañana. A Ciudad Real, donde dos trenes les llevaron a Valencia y Alicante.

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