Crítica:ENSAYO

Visión alejandrina de España

Nacido en una aldea de lengua y cultura catalanas en la provincia de Huesca, Josep Antoni Duran i Lleida se define a sí mismo como "persona de frontera". A tenor de su ya larga actividad política y de las ideas expuestas en su último libro, Entre una España y la otra, Duran i Lleida es, en efecto, un ciudadano alejandrino: políglota y cosmopolita, abierto al diálogo y al pacto, sensato y templado; unas características que, siendo él democristiano, esto es, un señor de centroderecha, contrastan con las de la actual dirección del PP, empeñada, al parecer, en que España vuelva a ser un paí...

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Nacido en una aldea de lengua y cultura catalanas en la provincia de Huesca, Josep Antoni Duran i Lleida se define a sí mismo como "persona de frontera". A tenor de su ya larga actividad política y de las ideas expuestas en su último libro, Entre una España y la otra, Duran i Lleida es, en efecto, un ciudadano alejandrino: políglota y cosmopolita, abierto al diálogo y al pacto, sensato y templado; unas características que, siendo él democristiano, esto es, un señor de centroderecha, contrastan con las de la actual dirección del PP, empeñada, al parecer, en que España vuelva a ser un país bronco y cainita.

El portavoz de CiU y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados sabe de política internacional. En Entre una España y la otra, sus reflexiones sobre esta legislatura, dedica bastantes páginas a los asuntos del mundo que, como bien observa, son ya asuntos absolutamente domésticos. Recuerda, para empezar, que las elecciones del 14-M se decidieron a partir de temas de política internacional: la guerra de Irak y el terrorismo yihadista. Y, aunque le efectúa algunas críticas, comparte las líneas generales de lo hecho por Zapatero: retirada de las tropas españolas de Irak, reconciliación con Francia, Alemania, Marruecos, México y Chile, actitud positiva ante la Constitución Europea, intensificación de las relaciones con América Latina, mayor protagonismo diplomático del rey Juan Carlos... No obstante, Duran i Lleida hace una certera observación al lamentar que, tras un periodo inicial de activismo en la escena europea, Zapatero parezca haberse desentendido del asunto. Llega incluso a efectuar este juicio sumarísimo: "Para Rodríguez Zapatero, el eje París-Berlín-Madrid fue más una instantánea fotográfica que una apuesta política".

ENTRE UNA ESPAÑA Y LA OTRA. Del 11-M al atentado de Barajas

Josep Antoni Duran i Lleida

Temas de Hoy. Madrid, 2007

254 páginas. 18,50 euros

Jugosas son también las muy críticas páginas que dedica a la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, que, según afirma, "nació y acabó mal". Responsabiliza tanto al entonces presidente de la Generalitat, Pascual Maragall, como a la mezquindad con que Cataluña fue tratada por la derecha españolista. Digna de retener es esta doble afirmación: "España, en su conjunto, debería asumir la riqueza que le ofrece la diversidad de lenguas que coexisten en su territorio. Como en Cataluña debe valorarse el patrimonio que significa tener incorporado el castellano en nuestro acervo lingüístico". Y también la proclamación de que Cataluña es "una nación" y España, "más que un Estado".

Así aborda Duran i Lleida el proceso de paz con ETA del pasado año: "Contemplaba y contemplo la posibilidad de un final dialogado de la violencia; lo que no quiere decir su probabilidad, ni mucho menos su inevitabilidad". Zapatero, en su opinión, "tiene derecho" a intentar ese fin dialogado e incluso a fracasar en el empeño. Sustanciosa y contraria a la opinión dominante en el microcosmos político y mediático madrileño es su afirmación de que "no vale la pena discutir más" sobre el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, porque es un "pasado" que "ya no sirve", y "no sirve porque no están todos los que debieran, pudieran o quisieran estar".

Las reflexiones del político catalán sobre el proceso que ETA canceló criminalmente el 30-D merecen ser escuchados con atención por La Moncloa. Hubo "demasiado ruido"; sobró "visibilidad y protagonismo"; se cometió "el error de parlamentarizar, tanto a nivel español como europeo, un proceso tan incierto"; Zapatero hizo "declaraciones completamente innecesarias", y existieron "claros fallos en la política de información y de comunicación a la opinión pública". De nuevo, el sentido común propio de la gente de frontera.

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