Lejos de Lizarra, firme contra ETA

El PNV quedó fuera del anterior pacto antiterrorista, firmado entre el PP y el PSOE en diciembre de 2000. El motivo fue haber suscrito dos años antes el acuerdo de Lizarra, con los otros partidos nacionalistas vascos, y con el aval de ETA. En aquel momento, el PNV, presidido por Xabier Arzalluz, tenía como objetivo político forjar un frente nacionalista para avanzar en el soberanismo vasco, excluyendo a los partidos no nacionalistas, con el apoyo de la banda terrorista que anunció una tregua en septiembre de 1998. La ruptura de la tregua de ETA en diciembre de 1999 y la continuidad de este ari...

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El PNV quedó fuera del anterior pacto antiterrorista, firmado entre el PP y el PSOE en diciembre de 2000. El motivo fue haber suscrito dos años antes el acuerdo de Lizarra, con los otros partidos nacionalistas vascos, y con el aval de ETA. En aquel momento, el PNV, presidido por Xabier Arzalluz, tenía como objetivo político forjar un frente nacionalista para avanzar en el soberanismo vasco, excluyendo a los partidos no nacionalistas, con el apoyo de la banda terrorista que anunció una tregua en septiembre de 1998. La ruptura de la tregua de ETA en diciembre de 1999 y la continuidad de este ariete soberanista originaron como respuesta el Pacto Antiterrorista de 2000 entre PP y PSOE, siendo presidente del Gobierno José María Aznar.

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Siete años después, han cambiado muchas cosas. Ha habido una nueva tregua de ETA, en marzo de 2006, que originó un diálogo de la banda para el fin del terrorismo con un nuevo Gobierno, el de Rodríguez Zapatero, pero con la oposición del PP.

ETA rompió la tregua en diciembre pasado con el atentado de la terminal 4 de Barajas. Tras la ruptura de esta tregua, el Gobierno dio por roto el diálogo con ETA. A esta actitud se han sumado todos los partidos que apoyaron el proceso, y con ellos el PNV, el primer partido del País Vasco y que preside el Gobierno autónomo.

El PNV, tras esta nueva ruptura de una tregua de ETA, ha endurecido su posición y se ha alineado con el Gobierno para no aceptar más treguas de la banda, condicionar el diálogo con ella al cese definitivo del terrorismo y no abordar en él cuestiones políticas. Con este último aspecto, asume el punto principal del Pacto Antiterrorista de 2000, que suscribieron el PSOE y el PP, esto es, que la paz no tendrá precio político.

Una adaptación del pacto antiterrorista del momento, según Imaz.

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