Dos gallegas sufren vejaciones en el aeropuerto Charles De Gaulle

Iban a Londres, pero se quedaron empantanadas en el aeropuerto Charles De Gaulle de París, donde fueron sometidas a vejaciones y agresiones por aduaneros y policías y donde aún permanece C.A.P, de 51 años. Diana Pereira, de 22, pudo regresar el viernes a Vigo, después de conocer calabozos y un hospital franceses y pagar una fianza de 500 euros por recobrar su libertad.

Las dos mujeres, según relato de Diana Pereira, salieron de Vigo en un vuelo de Air France el pasado día 30, e hicieron escala en el citado aeropuerto parisino. A última hora de la tarde, observando que una aduanera se en...

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Iban a Londres, pero se quedaron empantanadas en el aeropuerto Charles De Gaulle de París, donde fueron sometidas a vejaciones y agresiones por aduaneros y policías y donde aún permanece C.A.P, de 51 años. Diana Pereira, de 22, pudo regresar el viernes a Vigo, después de conocer calabozos y un hospital franceses y pagar una fianza de 500 euros por recobrar su libertad.

Las dos mujeres, según relato de Diana Pereira, salieron de Vigo en un vuelo de Air France el pasado día 30, e hicieron escala en el citado aeropuerto parisino. A última hora de la tarde, observando que una aduanera se entretenía con su equipaje, lo que les iba a hacer perder el vuelo, C.A.P. hizo un comentario despectivo a su compañera, que la aduanera interpretó como un ataque racista. Llamó a la policía, que encerró a C.A.P. en una pequeña habitación, desdeñando las advertencias de que padece claustrofobia. Pereira trató de entreabrir la puerta para aliviar a su compañera, y ahí es detenida y esposada por cuatro polícias.

Las dos mujeres fueron obligadas a desnudarse y durante dos horas fueron sometidas a vejaciones, sin permitirles ir al baño. Cuando reclamaron sus derechos a un abogado y Diana, epiléptica, su medicación, recibió un puñetazo. Después sufrió un ataque epiléptico. La llevaron a un hospital, hasta que a las tres horas le dieron el alta. Pasó entonces a un calabozo, donde le tomaron declaración y le reclamaron 500 euros de fianza por recobrar su libertad.

Diana consiguió el dinero en un cajero, hasta donde la llevaron esposada. El martes quedaron libres, pero sin dinero. En el consulado español, con el que contactaron para explicar su situación, les respondieron que no podían facilitárselo. Siguieron durmiendo en el aeropuerto, sin apenas comer nada, "sólo algo que nos facilitó el personal de limpieza", dice Diana, que pudo regresar el viernes, tras recibir dinero de su familia y comprar un nuevo billete. Su amiga sigue empantanada en París, presa de los nervios. Ambas tendrán que comparecer en un juicio, en septiembre, acusadas de racismo.

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