La Caixa se inclina por la venta de la firma de inspección y certificación de Applus

Agbar analiza hoy el futuro de su filial, peso pesado de la innovación tecnológica en Cataluña

El futuro de la empresa de inspección y certificación Applus, fruto de una privatización bajo el último gobierno de CiU y uno de los escasos pesos pesados en innovación tecnológica que despuntan en Cataluña, vuelve a estar en el aire. El Consejo de Administración del principal accionista de la empresa, Aguas de Barcelona (Agbar) tiene previsto debatir hoy hasta qué punto es estratégico conservar su filial Applus, que controla el mercado catalán de ITV. No se descarta una decisión en breve. La Caixa, que controla Agbar, se inclina por la venta, según fuentes financieras.

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El futuro de la empresa de inspección y certificación Applus, fruto de una privatización bajo el último gobierno de CiU y uno de los escasos pesos pesados en innovación tecnológica que despuntan en Cataluña, vuelve a estar en el aire. El Consejo de Administración del principal accionista de la empresa, Aguas de Barcelona (Agbar) tiene previsto debatir hoy hasta qué punto es estratégico conservar su filial Applus, que controla el mercado catalán de ITV. No se descarta una decisión en breve. La Caixa, que controla Agbar, se inclina por la venta, según fuentes financieras.

La caja se inclina por la venta de la empresa, ahora que ésta cuenta con un plan estratégico con objetivos claros que la revaloriza a la hora de ponerla en el mercado. Este plan contempla inversiones aproximadas de 600 millones de euros en tres años, adquisiciones incluidas, y se propone consolidar el liderazgo de la empresa en cada uno de sus negocios. Está por ver el papel de Suez, socia de La Caixa en Agbar, pero la concentración del grupo francobelga en el negocio de la energía y el medio ambiente plantea interrogantes sobre su voluntad de conservar esta filial.

Caja Madrid y Unión Fenosa -copropietarios de Applus, junto con Agbar- ya presionaron hace meses a la propia Agbar para desinvertir.

El análisis de la venta se cruza en el tiempo con la oferta pública de adquisición (OPA) de La Caixa y Suez sobre Agbar con el fin de blindarla de ofertas hostiles. Este análisis deberá calibrar el valor que supone Applus para el grupo, teniendo en cuenta que ha sido en los últimos años su motor de crecimiento. El nuevo plan encargado por Agbar al consejero delegado de Applus, Joaquim Coello, es bien valorado en la matriz. Este plan a tres años contempla duplicar el valor de la compañía en 2009 y un crecimiento de al menos el 15% en el resultado bruto operativo de la empresa. A cambio, exige un esfuerzo inversor a sus socios cercano a los 600 millones de euros, repartidos de forma distinta entre 2007 y 2009.

Sin embargo, este plan estratégico puede constituirse tanto en una alternativa a la venta como en una palanca que le añade valor a la compañía, por si los socios deciden desinvertir. Este debate llega después del intento frustrado de vender Applus al fondo británico Candover por 1.050 millones de euros el año pasado.

La empresa se ha convertido en uno de los escasos pesos pesados en innovación tecnológica de Cataluña. Ha construido, además, una pista de pruebas de automóviles sobre mojado sólo comparable en Europa a la de Birmingham en el Reino Unido. Y, tras una sonada batalla política y legal, continúa controlando de forma abrumadora el mercado de las inspecciones técnicas de vehículos (ITV) autóctono. Esta realidad terminará, en principio, el próximo diciembre, cuando una teórica nueva ley acabe con el actual régimen de concesiones de las ITV. La Generalitat está muy pendiente del posible proceso de venta, a la hora de elaborar esta normativa, según han admitido fuentes próximas al Ejecutivo.

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El Gobierno catalán confiere una especial importancia a IDIADA, empresa de ingeniería del automóvil que forma parte del conglomerado de Applus y que, con una participación pública del 20%, quiere convertir en trampolín para impulsar la industria del automóvil en el territorio.

25 sectores y 33 países

Applus, con el tiempo, se ha convertido en un paraguas de empresas que, desde el corazón de su negocio, las ITV, se ha expandido a 25 sectores. Lo mismo certifica la seguridad de una embarcación que controla la metodología de mantenimiento de una instalación industrial. O inspecciona y da asistencia técnica al control de obras en el sector de la edificación. O realiza ensayos para el sector alimentario.

A base de comprar otras empresas (las últimas de peso, en 2006, fueron la holandesa RTD en el campo de la certificación por 178,8 millones y la finlandesa K1, segundo operador de ITV en el país por 42 millones) tiene presencia en 33 países. Cuenta con dos sedes en Chicago y Shanghai, desde las que desarrolla su negocio en EE UU, con 10 millones de inspecciones de emisiones de vehículos anuales, y China, donde está presente desde finales del 2003. En 2006, Applus llegó a un acuerdo con el Gobierno de India para crear una infraestructura de ensayo y desarrollo del automóvil por seis años.

Applus ha multiplicado casi por seis su negocio desde el año 2000, hasta los 542 millones de euros, con un crecimiento del 31% en 2006 frente al 17% del agua y el 10,2% del negocio de salud, los otros dos negocios de Agbar. La inspección y la certificación suponen ya un 17% de los ingresos de la matriz.

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