Entrevista:CELESTINO CORBACHO | Alcalde de L'Hospitalet

"No me interesa el discurso identitario, lo que quiero es cambiar las cosas"

Celestino Corbacho (Valverde de Leganés, Badajoz, 1949), alcalde de L'Hospitalet y presidente de la Diputación de Barcelona, ha capitaneado en la última legislatura la gran transformación del sur de la ciudad. Gracias a la semicobertura de la Gran Via, la nueva avenida resultante ha acogido grandes proyectos, como la ampliación de la Fira, la Ciudad Judicial y la plaza Europa, donde se construyen 28 edificios. Las nuevas construcciones llevan las firmas de reconocidos arquitectos como Jean Nouvel, Toyo Ito, David Chipperfield, Rafael Moneo, Óscar Tusquets, Helio Piñón, Francisco Mangado, Alons...

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Celestino Corbacho (Valverde de Leganés, Badajoz, 1949), alcalde de L'Hospitalet y presidente de la Diputación de Barcelona, ha capitaneado en la última legislatura la gran transformación del sur de la ciudad. Gracias a la semicobertura de la Gran Via, la nueva avenida resultante ha acogido grandes proyectos, como la ampliación de la Fira, la Ciudad Judicial y la plaza Europa, donde se construyen 28 edificios. Las nuevas construcciones llevan las firmas de reconocidos arquitectos como Jean Nouvel, Toyo Ito, David Chipperfield, Rafael Moneo, Óscar Tusquets, Helio Piñón, Francisco Mangado, Alonso & Balaguer, Sergi Godia, Ramon Sanabria, Ramon Artigues y Enric Ruiz-Geli.

Pregunta. La Gran Via ha dejado de ser una autopista de entrada en Barcelona para acoger a su alrededor un gran número de edificios de gran singularidad. ¿Era preciso contratar a los arquitectos más prestigiosos y elevar rascacielos para distinguirse de Barcelona?

"Una Gran Via con fachada clásica de viviendas habría sido un error"

Respuesta. La arquitectura tiene sentido en este espacio de grandes dimensiones a caballo entre el aeropuerto y Barcelona. Esta zona tenía una clara vocación para el desarrollo económico. Hacer únicamente viviendas y crear una Gran Via con fachada clásica habría sido un error. Por otra parte, construir en vertical nos permite disponer del 70% de espacios libres. Esta zona será de referencia del área metropolitana de Barcelona.

P. Hasta que se concluyan las 28 torres previstas, ¿cabe el peligro de que la plaza de Europa sea una zona desierta?

R. La plaza de Europa será un espacio que la gente hará suyo. Paseo cada día por la zona para comprobar si funciona bien. Por la tarde y noche veo cada vez más gente haciendo footing y paseando. Costará que se llene porque es muy grande, pero hay centros comerciales y el espacio se irá poblando.

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P. Los sindicatos y la Cámara de Comercio han alertado de que la nueva Gran Via se colapsará, que falta transporte público.

R. Los Ferrocarrils de la Generalitat pararán en la nueva estación de la plaza de Europa a partir del mes que viene. Por otra parte, la Generalitat no debe esperar a terminar todas las obras de la línea 9 del metro para ponerlo en servicio. En dos años debería funcionar entre el aeropuerto y la estación intermodal de La Torrassa, donde enlazará con las líneas de Cercanías de Vilanova y Vilafranca. Y en cuatro o cinco años será una realidad la prolongación de la 2 del metro.

P. ¿El resto de barrios se pueden sentir discriminados por haber centrado la atención en esta zona sur de la ciudad?

R. La Gran Via ha sido el centro de atención por su gran singularidad, pero la transformación se ha realizado en realidad en toda la ciudad de L'Hospitalet: Collblanc-La Torrassa, Sant Feliu, el Centre, Pubilla Casas y Gornal. Todos los barrios, sobre todo los del norte del municipio, tienen un proyecto de conversión en vías de desarrollo. No me interesan los discursos identitarios, lo que quiero es cambiar las cosas. Al Ayuntamiento, además, no le ha supuesto gastar ni un solo euro en la operación de la Gran Via y, sin embargo, ha duplicado las inversiones del mandato anterior, dinero que se ha destinado a los barrios.

P. ¿Cómo se hace eso?

R. Las licencias de obras de los edificios que se están elevando en la Gran Via han reportado nueve millones de euros a las arcas municipales, a lo que hay que añadir que las empresas instaladas, a través del pago del IBI y el IAE, aportarán unos 24 millones de euros anuales. En esta ciudad, al contrario de lo que pasa en el mundo, el sur contribuye económicamente al desarrollo de los densos barrios del norte, donde hace falta poner mucho dinero a fondo perdido.

P. ¿Es por el diseño que L'Hospitalet se ha convertido en una de las ciudades más caras?

R. El problema de la vivienda es global. En los últimos años sólo se ha edificado el 7% de vivienda pública en Cataluña. Si a partir de ahora una de cada tres grúas pertenece a una promoción protegida, como pasará en L'Hospitalet, este problema dejará de existir.

P. Si la gran revolución ha sido la transformación de la Gran Via, ¿el soterramiento de las vías será la próxima?

R. El soterramiento permitirá lo mismo que ha supuesto la nueva Gran Via: la unión de barrios. Otro gran proyecto será continuar la transformación de la avenida hasta el río Llobregat, pero no para construir oficinas o viviendas, sino para crear un complejo de desarrollo científico.

P. ¿Y las escuelas? En L'Hospitalet hay varias con el 90% de inmigración. ¿Cómo corregir esa concentración?

R. El reto de la inmigración es gobernarla, porque no hay marcha atrás. Quien diga lo contrario está mintiendo. Es necesario fortalecer la escuela; mediar en las escaleras de vecinos y lograr la máxima disciplina en el espacio público. Para ello, en L'Hospitalet patrullarán agentes cívicos con capacidad sancionadora. También hay que aplicar la tolerancia cero en las actividades económicas que incumplan la normativa.

P. ¿Qué futuro tiene la Diputación? ¿Espera seguir al frente?

R. El debate sobre su continuación es etéreo y yo deseo ser muchos años presidente de la Diputación.

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