La carrera electoral: quedan 32 días

Sebastián 'conduce' el tranvía hasta Aluche

... Y se hizo el tranvía. Como mínimo, del candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, se puede decir que es un cabezón (en el mejor sentido de la palabra, claro). Dijo que el tranvía llegaría a Madrid y llegó. Ayer mismo. A capón: sin raíles, sin cableado... Sebastián consiguió plantar un moderno vagón de tranvía en pleno Aluche, justo enfrente del intercambiador de metro. Él mismo lo dijo: "Estoy pletórico: sí se puede".

El cuento podía ser así: érase una vez un aspirante a alcalde. Era nuevo y el más desconocido de las elecciones del 27 de mayo. Y quería mu...

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... Y se hizo el tranvía. Como mínimo, del candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, se puede decir que es un cabezón (en el mejor sentido de la palabra, claro). Dijo que el tranvía llegaría a Madrid y llegó. Ayer mismo. A capón: sin raíles, sin cableado... Sebastián consiguió plantar un moderno vagón de tranvía en pleno Aluche, justo enfrente del intercambiador de metro. Él mismo lo dijo: "Estoy pletórico: sí se puede".

El cuento podía ser así: érase una vez un aspirante a alcalde. Era nuevo y el más desconocido de las elecciones del 27 de mayo. Y quería muchas cosas (como casi todos los nuevos). Pero una de las cosas que más quería era un tranvía para su ciudad. Cuando lo dijo públicamente, sus opositores lo calificaron de nostálgico y antiguo.

Él no hizo caso (como casi todos los nuevos) y se fue a París a hablar con el alcalde Bertrand Delanoë para que le contase cómo había conseguido poner el tranvía en su ciudad. Y vino con más fuerzas que antes y con esa idea más clara y otras muchas en la cabeza. Y llenó Madrid de pancartas enigmáticas que decían "quiero" con letras rojas, como las de su partido socialista. Y entonces concretó lo que quería. Eran tres tramos de tranvía: uno al Sur (desde Colonia Jardín -distrito de Latina- hasta la plaza de los Metales, en Villaverde); otro al Este (desde Atocha a Mar de Cristal y Campo de las Naciones); y otro en el centro, por la Castellana (desde la estación de Legazpi hasta Fuencarral). En total, 42 kilómetros y medio de nuevos raíles por la ciudad con paradas cada 300 metros y con un presupuesto de 803,5 millones de euros. Sus opositores populares, al ser preguntados por su alternativa de transporte, dijeron que "iban a presentarla la semana que viene, y que preferían no decir nada". Pero éste es otro cuento, el de la dosificación informativa de las campañas electorales. El caso es que ayer los deseos de Sebastián empezaron a hacerse realidad. Demostró, siguiendo su propio lema, que "sí se puede", aunque sólo fuese el primer vagón del tranvía, lo condujo hasta Aluche. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Luego, satisfecho, y tras haberse subido con los vecinos del distrito de Latina en el vagón del tranvía y haberles explicado lo barato, limpio, rápido y silencioso que es ese transporte "del futuro y del siglo XXI", se fue a su antigua Facultad de Económicas a votar a Miguel Berzosa, el rector de la Universidad Complutense, que se presenta a la reelección.

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