Reportaje:AULAS

Adnane será informático

Un alumno con parálisis cerebral prepara su ingreso a la Universidad gracias a su impecable expediente

Adnane lo ha conseguido. El próximo curso irá a estudiar Informática a Granada con los amigos de su inseparable pandilla. Lo que para muchos estudiantes de Bachillerato es un quebradero de cabeza, elegir una carrera que, con suerte, se convertirá en profesión en el futuro, a Adnane no lo robó ni un segundo de su tiempo.

Hace poco más de un año, este periódico visitó a Adnane El Yaagagoubi en el IES Guadaiza de San Pedro de Alcántara (Marbella) respondiendo a la llamada que su entonces monitora de Educación Especial, amiga y confidente, Charo Reina, lanzó para dar a conocer el singular t...

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Adnane lo ha conseguido. El próximo curso irá a estudiar Informática a Granada con los amigos de su inseparable pandilla. Lo que para muchos estudiantes de Bachillerato es un quebradero de cabeza, elegir una carrera que, con suerte, se convertirá en profesión en el futuro, a Adnane no lo robó ni un segundo de su tiempo.

Hace poco más de un año, este periódico visitó a Adnane El Yaagagoubi en el IES Guadaiza de San Pedro de Alcántara (Marbella) respondiendo a la llamada que su entonces monitora de Educación Especial, amiga y confidente, Charo Reina, lanzó para dar a conocer el singular trance al que se enfrentaba el joven y que podía frustrar sus intenciones de estudiar una carrera universitaria. Adnane, de 18 años, sufre una parálisis cerebral de nacimiento que le mantiene atado a una silla-camilla, desde donde devora con sus vivos ojos negros el mundo y ni no deja escapar nada de lo que ocurre a su alrededor.

Nunca ha suspendido una asignatura y sus limitaciones físicas las suple con inteligencia

Llegó a Málaga con cuatro años de manos de sus padres, que lo internaron en un centro de atención a personas discapacitadas. Allí conoció a Alberto, que poco después se convertiría en su tutor legal y padre de facto. De aquella época dice no guardar un buen recuerdo, pero ya la mira con fría lejanía.

Adnane apenas se puede mover, hace tiempo que no puede manejar sus manos y hablar le cuesta bastante, aunque no por ello deja de exprimir la vida cada segundo. Trata de explicarse poco a poco, y lo consigue. Estudia boca abajo en la cama y hasta hace poco podía recurrir a herramientas adaptadas para utilizar el ordenador. Aun así, Adnane, que este año termina el Bachillerato, acabó la ESO con uno de los mejores expedientes de su instituto y optó por seguir el ritmo de sus amigos Fernando y José Ángel y hacer Bachillerato en dos años en vez de en cuatro, como le ofrecía la adaptación curricular prevista para ciertos casos como el suyo.

Su voluntad e inteligencia hicieron el resto. Nunca ha suspendido una asignatura y sus limitaciones físicas las suple con una cabeza privilegiada, ésa que le permite resolver derivadas o problemas matemáticos al dictado sin tener que utilizar papel y lápiz o salir a la pizarra, para asombro hasta de sus profesores. También es un fenómeno con la física y la informática. Cuenta la profesora de educación especial, Ana Villalobos, que es el que se encarga de arreglar los ordenadores y los móviles. Y todo lo hace de cabeza. Tiene un expediente impecable, maneja cuatro idiomas y en más de una ocasión ha sido el alumno que más nota ha sacado en un examen.

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Pese a su esfuerzo, Adnane no tenía muy claro el poder acceder a la Universidad, dado que su enfermedad requiere cuidados especiales las 24 horas del día. Su tesón y el apoyo de sus amigos y profesores del IES Guadaiza han ayudado a conseguir su sueño. Esto y el desvelo de años de su tutor legal, Alberto. Ahora, Adnane celebra satisfecho haber alcanzado su meta: ir a estudiar Informática a la Universidad de Granada.

Alberto, siempre en un discreto segundo plano, agradece de corazón a todos los que han ayudado a Adnane a realizar su sueño. Entre ellos, a los jesuitas del Colegio Mayor Loyola de Granada, quienes le han concedido alojamiento becado para Adnane y su asistente durante todo el tiempo que necesite para terminar la carrera. Además, la Junta le ha concedido una ayuda añadida como es contar con una asistente, al menos, 25 horas semanales.

Ayudas sin las que la valía de Adnane se perdería, como en otros muchos casos. Pero antes de su carrera universitaria y nueva vida en Granada, este joven amante de su perro, del fútbol, de la Playstation, del rap en español y de salir con sus amigos de marcha -ha estado de viaje de estudios en Tenerife con sus inseparables Fernando y José Ángel, con los que desde que llegó al instituto comparte tardes de estudio, de videojuegos y sale de marcha por la noche por las cercanías de Marbella- se enfrenta este verano a otro reto: una complicada operación en Francia que puede que sirva para mejorar sus condiciones de vida, ya como universitario.

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