Las fotografías de Guerrero convierten en poesía espacios urbanos olvidados

A José Guerrero, granadino de 28 años, no le cuadra el estereotipo de artista joven e ignorado. Tres años después de haber decidido que su camino era la fotografía recibió la beca Joven Autor Andaluz de Caja San Fernando 2005 que le ha permitido desarrollar su proyecto Efímeros y editar un libro con el que ha conseguido llegar al Museo de Arte Contemporáneo de León (Musac), el espacio más innovador y prestigioso para la fotografía en España.

José Guerrero, que se llama como su paisano el pintor expresionista, muestra en la sala Imagen de Sevilla 60 fotografías en color sobre metr...

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A José Guerrero, granadino de 28 años, no le cuadra el estereotipo de artista joven e ignorado. Tres años después de haber decidido que su camino era la fotografía recibió la beca Joven Autor Andaluz de Caja San Fernando 2005 que le ha permitido desarrollar su proyecto Efímeros y editar un libro con el que ha conseguido llegar al Museo de Arte Contemporáneo de León (Musac), el espacio más innovador y prestigioso para la fotografía en España.

José Guerrero, que se llama como su paisano el pintor expresionista, muestra en la sala Imagen de Sevilla 60 fotografías en color sobre metraquilato en las que explora espacios desiertos, olvidados en los que se ve la huella del hombre y sus nefastas consecuencias. Efímeros, la primera exposición que realiza el artista y que también ha podido verse en Jerez, es el resultado de una búsqueda en los límites urbanos, polígonos, cementerios abandonados, derribos, materiales de desecho... Sin embargo, a pesar de la crudeza de los temas, sus obras están repletas de poesía algo que, sin duda, es el motor y la explicación de una carrera tan fulgurante. "Vivo al lado del Parque de las Ciencias en Granada, en una zona que ha cambiado radicalmente. Cuando yo era pequeño podía oler el estiércol de las vacas y hoy ese paisaje ha cambiado radicalmente. Eso me ha hecho fijarme en lugares que parecen detenidos en el tiempo, en los que ni se destruye, ni se construye nada; simplemente están olvidados", explica José Guerrero, quien estudió Arquitectura Técnica en la Universidad de Granada y con 22 años empezó a trabajar de jefe de producción en una empresa constructora, puesto que cambió por la "inmediatez" de la fotografía y su espíritu creativo.

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