Reportaje:

Literatura para unir culturas

La Diputación de Almería edita un libro de cuentos tras un concurso promovido por la Unidad de Inmigración

A Raiza le gusta España. Ahora, con 11 años, sólo guarda memoria del pueblo almeriense en el que vive desde que tenía cuatro primaveras, Cóbdar. Ya apenas recuerda escenas urbanas de su Guayaquil natal. Sin embargo, a su cerebro no le es ajeno el trance superado tras la separación de su madre, que se vio obligada a viajar primero a Almería sin ella y sus hermanos para buscar trabajo.

"Yo no entendía el por qué querían que mi madre se marchara. De pronto escuché un taxi que pitaba en la puerta de mi casa y vi que llevaba la maleta marrón al coche. Mi madre les daba besos a todos. Cuando ...

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A Raiza le gusta España. Ahora, con 11 años, sólo guarda memoria del pueblo almeriense en el que vive desde que tenía cuatro primaveras, Cóbdar. Ya apenas recuerda escenas urbanas de su Guayaquil natal. Sin embargo, a su cerebro no le es ajeno el trance superado tras la separación de su madre, que se vio obligada a viajar primero a Almería sin ella y sus hermanos para buscar trabajo.

"Yo no entendía el por qué querían que mi madre se marchara. De pronto escuché un taxi que pitaba en la puerta de mi casa y vi que llevaba la maleta marrón al coche. Mi madre les daba besos a todos. Cuando me iba a dar el beso a mí no quise que me tocara y me fui corriendo a mi habitación, intentando que no se fuera el taxi, pero mi madre se fue". Son los sentimientos de una niña de cuatro años plasmados en su pubertad presente. Lo que Raiza cuenta, a modo casi de ensayo, es una de las 15 historias o relatos que conforman el libro Cuéntanos, editado por el Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación de Almería.

"Me sorprende la mezcla de gente que hay aquí", dice una participante

La publicación es el resultado del primer concurso de cuentos interculturales organizado por la institución provincial como programa de sensibilización de la Unidad de Inmigración y Servicios Sociales.

Raiza también narra en su personal historia el reencuentro de su madre el día que ésta regresó a Ecuador para volverse a España con sus hijos. "(...) Salí corriendo para abrazarla, y llorando le pedí que no me soltara. Mi madre me cogió entre sus brazos y no me soltó hasta llegar a casa". La niña culmina su relato con un mensaje que, además de esperanzador, resulta gratificante: "Ahora lo que conozco es todo de mi nuevo país. Me encanta Almería, Sevilla y muchas ciudades más que no he podido visitar aún".

El fin de esta suerte de concurso no es otro que lograr un espacio que favorezca el encuentro, el conocimiento, el respeto y la convivencia entre culturas. Todas las historias seleccionadas -de más de 200 recibidas- tienen como nexo común el tema de la inmigración visto desde diferentes perspectivas: la separación entre familiares, la generosidad de quien renuncia al primer mundo para trabajar en un país pobre, la puesta en riesgo de la propia vida para llegar a un país rico o el utópico relato futurible que describe una sociedad en la que no existen los prejuicios raciales.

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Mónica Sánchez, periodista finalista en la categoría de participantes mayores de 25 años, se felicita por la propuesta surgida desde la Diputación almeriense. "Es impresionante, para mí que vivo en El Ejido, la cantidad de colores, de gente y de idiomas que se mezclan en esta provincia. No sé hasta qué punto participa gente de otras culturas en una iniciativa como ésta, pero me sorprende la mezcla de gente que hay aquí. Creo que acciones de este tipo son positivas", justifica.

El libro Cuéntanos será el primero de una colección que la Unidad de Inmigración de la Diputación de Almería pretende completar con las futuras ediciones del concurso. El Instituto de Estudios Almerienses se encargará de su edición cada año.

Carmen Fenoy, de 24 años y ganadora del primer premio en su categoría de 20 a 25 años con su relato La mar de salidas, aplaude igualmente la iniciativa y también reflexiona sobre la inmigración en la provincia almeriense y defiende, tajante, que habrá mayor aceptación en el futuro. "En Almería estamos sólo en el principio. Tenemos que acostumbrarnos a ser receptores de la gente. A lo mejor tardamos 10 o 20 años más y lo terminados aceptando. Llegará el día en que los inmigrantes sean candidatos, por ejemplo, en las listas electorales con total normalidad", reflexiona.

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