Crítica:

Estulticia colosalista

Contando con el precedente de las comedias metalingüísticas de Frank Tashlin, de las parodias de Mel Brooks y del humor acumulativo de la revista MAD, el trío ZAZ (Zucker-Abrahams-Zucker) acuñó un modelo cómico basado en la aceleración de referencias y la deconstrucción de clichés en una película que las historias del cine deberían revisar a la luz de su influencia posterior: Made in USA (1977), de John Landis. Los ZAZ depuraron su propuesta en Aterriza como puedas (1980), su salto a la dirección, instituyendo un formato, fundamentado en la discontinuidad, que podría funci...

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Contando con el precedente de las comedias metalingüísticas de Frank Tashlin, de las parodias de Mel Brooks y del humor acumulativo de la revista MAD, el trío ZAZ (Zucker-Abrahams-Zucker) acuñó un modelo cómico basado en la aceleración de referencias y la deconstrucción de clichés en una película que las historias del cine deberían revisar a la luz de su influencia posterior: Made in USA (1977), de John Landis. Los ZAZ depuraron su propuesta en Aterriza como puedas (1980), su salto a la dirección, instituyendo un formato, fundamentado en la discontinuidad, que podría funcionar como una suerte de crítica cinematográfica hecha película. Su concienzuda demolición, por la vía del absurdo, de todo aquello que sostenía la convención cinematográfica no escapó a la condena de crear sus propios lugares comunes y vivir su particular proceso de erosión.

EPIC MOVIE

Dirección: Jason Friedberg y Aaron Seltzer. Intérpretes: Kal Pen, Adam Campbell, Jennifer Coolidge, Crispin Glover. Género: parodia. EE UU, 2007. Duración: 86 minutos.

Mucho ha llovido desde entonces y en esta era de mitologías efímeras el mecanismo ZAZ ya no puede disparar sus proyectiles contra esa diana fija que era la ficción hollywoodiense clásica y consensuada. Jason Friedberg y Aaron Seltzer son los herederos de este legado para la era Youtube y el resultado de su última parodia de temporada, Epic Movie, no puede parecer más idiota e innecesario.

En La loca historia de las galaxias (1987), Mel Brooks parecía intuir que el cine se estaba convirtiendo en algo definitivamente estúpido: hemos llegado a ese futuro y Epic Movie demuestra que, en el grado cero del sentido, no hay lugar para la parodia, sino sólo para la cacofonía majadera.

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