El presidente de Iberdrola gozará de voto de calidad en el Consejo de Administración

La eléctrica modifica los estatutos para dar más poder a los consejeros independientes

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, tendrá voto de calidad en el consejo de la compañía, que estará formado por una mayoría de consejeros externos. Además, en el consejo habrá dos vicepresidentes independientes que podrán solicitar al presidente la reunión del órgano de administración. Tanto el voto de calidad como el refuerzo de los consejeros independientes -al menos un tercio del consejo- forman parte de la reforma de estatutos que debatirá la próxima junta de accionistas para asumir el Código Unificado de buen gobierno o Código Conthe.

El voto de calidad para el presi...

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El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, tendrá voto de calidad en el consejo de la compañía, que estará formado por una mayoría de consejeros externos. Además, en el consejo habrá dos vicepresidentes independientes que podrán solicitar al presidente la reunión del órgano de administración. Tanto el voto de calidad como el refuerzo de los consejeros independientes -al menos un tercio del consejo- forman parte de la reforma de estatutos que debatirá la próxima junta de accionistas para asumir el Código Unificado de buen gobierno o Código Conthe.

El voto de calidad para el presidente de la compañía -tal y como sucede en cerca de la mitad de las sociedades que cotizan en el índice Ibex- está pensada para aquellos casos en que un acuerdo tuviera que ser votado por un número par de consejeros. En caso de empate reiterado e insalvable en las votaciones, la situación podría desembocar en la parálisis.

Como recuerda la propia eléctrica, el mejor antídoto contra esa posibilidad es que el consejo esté compuesto por un número impar de miembros. El consejo de Iberdrola está compuesto ahora por 15 miembros, por lo que el voto de calidad para Sánchez Galán, aún siendo un evidente refuerzo de su posición, sólo es una medida complementaria.

Otro punto novedoso de la reforma que se propone a la junta es el refuerzo de competencias de los consejeros independientes, cuyo número deberá representar un tercio del total de consejeros. Así, dos independientes, con categoría de vicepresidentes, estarán facultados para pedir la reunión del consejo para "coordinar y hacerse eco de las preocupaciones de los consejeros externos".

Además, la modificación estatutaria que se someterá a aprobación de la junta el próximo 29 de marzo prevé una mayoría de consejeros externos y una relación, entre consejeros dominicales (propuestos por entidades con, al menos, un 5% de participación) e independientes, que debe reflejar la proporción existente entre el capital representado y el resto del capital.

Los nuevos reglamentos también incorporan novedades en el apartado de la retribución. En concreto, Iberdrola se compromete a publicar un informe anual sobre la política retributiva y a facilitar información individualizada sobre los ingresos de los consejeros.

Otro paquete de cambios que se someterá a la junta afectará a las comisiones delegadas del consejo. La composición interna de la comisión ejecutiva será similar a la del consejo, mientras que la comisión de auditoría tendrá más competencias, estará formada exclusivamente por consejeros externos y presidida por un independiente.

Lo que no se modifica es la limitación de los derechos de voto en la junta de accionistas, que se mantienen en el 10% al margen de la participación real pese a que el Código Conthe recomienda que se levanten esas limitaciones.

Por otra parte, Scottish Power, la compañía británica sobre la que Iberdrola ha lanzado una oferta de 17.100 millones de euros, hizo público ayer el documento que detalla el acuerdo de integración entre ambas compañías (Scheme document). Según dicho documento, la operación estará cerrada el 25 de abril y empezarán a cotizar a partir de esa fecha. Ambas sociedades mantendrán sus sedes actuales, en Bilbao y Glasgow. En el documento se detalla que Iberdrola tiene la intención de mantener los activos de Scottish en el Reino Unido, así como expandir sus negocios eólicos en aquel país y en EE UU.

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