La defensa alega que el homicida del metro de Barcelona es un perturbado

David Z. G., de 29 años, el presunto homicida que el miércoles pasado arrojó a un hombre a las vías del metro de Barcelona, sufre algún tipo de trastorno mental. Ésa es al menos la tesis provisional de la defensa, ejercida por la abogada Esther Capella. La letrada mantuvo ayer una breve entrevista con el acusado, que se negó a prestar declaración en la comisaría de Les Corts y hoy pasará a disposición judicial.

Capella dijo que David no fue capaz de explicarle lo que había ocurrido o por qué decidió empujar a la vía, justo cuando llegaba el convoy, a un hombre que esperaba apaciblemente...

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David Z. G., de 29 años, el presunto homicida que el miércoles pasado arrojó a un hombre a las vías del metro de Barcelona, sufre algún tipo de trastorno mental. Ésa es al menos la tesis provisional de la defensa, ejercida por la abogada Esther Capella. La letrada mantuvo ayer una breve entrevista con el acusado, que se negó a prestar declaración en la comisaría de Les Corts y hoy pasará a disposición judicial.

Capella dijo que David no fue capaz de explicarle lo que había ocurrido o por qué decidió empujar a la vía, justo cuando llegaba el convoy, a un hombre que esperaba apaciblemente en la estación del metro de Navas. La víctima, un vendedor de cupones de 52 años, murió al ser atropellada por el tren. En la entrevista de ayer, el presunto homicida "se comportó como si la cosa no fuera demasiado con él", abundó la abogada.

Los Mossos d'Esquadra tampoco descartan la posibilidad de que David Z. G. sea un perturbado. "Alguien que tira a la vía de una forma tan macabra y sin siquiera decir nada a otra persona no debe de ser muy normal", apuntó el director de la policía autonómica, Rafael Olmos. El máximo responsable de los Mossos insistió en que se trata de un "caso aislado" que "no debe generar alarma".

La forma en que actuó David tampoco indica un móvil claro del crimen. A las 15.30 horas, se tapó la cara con una capucha y empujó sin más a la víctima. Antes, ambos se encontraron en el vestíbulo y ni se saludaron, lo que hace pensar a los investigadores que no se conocían. El acusado tiene antecedentes por agresión y frecuentaba un comedor social de la zona.

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