Reportaje:

Un alcalde contra la nomenclatura

El regidor de Alcobendas rechaza la denominación de dos paradas del Metronorte

Los vecinos de Arroyo de la Vega, en Alcobendas, pueden estar contentos: en menos de tres meses, las cuatro vigas rojas levantadas frente a la parroquia de Nuestra Señora de la Moraleja se convertirán en una parada más de la flamante línea Metronorte. Pero unos cuantos ciudadanos no están satisfechos; encuentran un problema: el nombre. ¿Por qué la parada de metro tiene que llamarse La Moraleja, cuando está dentro de los límites de Arroyo de la Vega?

Al frente de los disconformes se sitúa el alcalde de Alcobendas, el socialista José Caballero. El regidor no sólo protesta por el nombre de...

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Los vecinos de Arroyo de la Vega, en Alcobendas, pueden estar contentos: en menos de tres meses, las cuatro vigas rojas levantadas frente a la parroquia de Nuestra Señora de la Moraleja se convertirán en una parada más de la flamante línea Metronorte. Pero unos cuantos ciudadanos no están satisfechos; encuentran un problema: el nombre. ¿Por qué la parada de metro tiene que llamarse La Moraleja, cuando está dentro de los límites de Arroyo de la Vega?

Al frente de los disconformes se sitúa el alcalde de Alcobendas, el socialista José Caballero. El regidor no sólo protesta por el nombre de esta estación -que considera un "un insulto a la inteligencia", porque "todo el mundo sabe que una cosa es La Moraleja y otra Arroyo de la Vega"-

Una de las estaciones se llama La Moraleja, aunque está fuera de la urbanización de lujo

. También critica a la Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular, por bautizar la parada de metro que está al lado del parque de Cataluña como Marqués de la Valdavia, nombre de quien fue presidente de la diputación madrileña en pleno franquismo.

Caballero amenaza con llevar a los tribunales a la consejera de Transportes, Elvira Rodríguez. La razón: que, en su opinión, no tiene ningún sentido que el alcalde, que es el que decide el nombre de las calles, no lo haga también con la denominación de las paradas de metro. El regidor encuentra, además, un motivo oculto para que Transportes se niegue a poner el nombre de Parque de Cataluña a una de las estaciones de la discordia. "Debe de ser que al PP le da sarpullidos la palabra Cataluña", clama.

En el otro lado de la batalla, la consejería, que califica la polémica de "absurda" y dice que lo que realmente preocupa a los ciudadanos es que el metro llegue hasta sus casas. "El único responsable de los nombres es el Consorcio Regional de Transportes, y no el alcalde, que no ha puesto un euro en la red del suburbano", subraya una portavoz de Transportes.

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Para terminar, esta portavoz da un consejo al alcalde de Alcobendas: "La parada que él quiere llamar Parque de Cataluña da a la calle Marqués de la Valdavia. Por eso se llamará así. Si Caballero está en contra, puede cambiar el nombre de la calle".

En la acera, el lema no levanta grandes pasiones. Los consultados en el centro comercial Diversia, que hace de frontera entre La Moraleja y Arroyo de la Vega, oscilan entre la indiferencia y el leve posicionamiento hacia un lado -el del alcalde- o hacia el opuesto -el de Transportes-.

Macarena, una chica de 17 años que vive en la urbanización que sirve como refugio a las familias acomodadas, dice que a ella no le importa mucho a nombre de quién esté la parada. "Hombre, por mí, que se llame La Moraleja; pero la verdad es que me da totalmente igual", reflexiona con un particular tono de eses arrastradas. Frente a la futura estación de metro, que se supone que a partir de abril dará servicio a muchos de los 92.000 habitantes de Alcobendas, una infinidad de trabajadores, en su mayoría inmigrantes, dicen no saber nada del conflicto y no tener ningún interés en él.

Eugenio, de 41 años, apoya a Caballero. En su opinión, no tiene mucho sentido que la parada de metro se llame La Moraleja. "Seguro que no la van a usar demasiado", advierte haciendo con los movimientos de los índice y pulgar el signo de alguien que tiene mucho dinero.

Pero es Maldalosso, un italiano que lleva más de 20 años viviendo en Madrid, quien resume la opinión de la mayoría de los consultados: "Es un falso problema. Si quieren, le pueden llamar Mickey Mouse. Mientras haya servicio...".

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