Cartas al director

El 14-M voté por correo

Como el 14-M iba a estar ausente de mi domicilio, voté por correo y lo hice, por lo tanto, antes del 11-M. Ninguna influencia, pues, de la macroconspira-ción urdida para que los votantes cambiáramos el signo de nuestro voto según repiten algunos. Había dejado pasar muchas convocatorias electorales sin acercarme a las urnas, pero esta vez decidí que era necesario hacerlo.

¿Qué por qué lo hice? Pues por no poder soportar por más tiempo la altivez de Aznar, los fastos de la boda del Escorial, la mano de Bush sobre el hombro del presidente español en la foto de las Azores, la afirmación sol...

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Como el 14-M iba a estar ausente de mi domicilio, voté por correo y lo hice, por lo tanto, antes del 11-M. Ninguna influencia, pues, de la macroconspira-ción urdida para que los votantes cambiáramos el signo de nuestro voto según repiten algunos. Había dejado pasar muchas convocatorias electorales sin acercarme a las urnas, pero esta vez decidí que era necesario hacerlo.

¿Qué por qué lo hice? Pues por no poder soportar por más tiempo la altivez de Aznar, los fastos de la boda del Escorial, la mano de Bush sobre el hombro del presidente español en la foto de las Azores, la afirmación solemne de la presencia de armas de destrucción masiva en Irak, el "España va bien". ¿Hacen falta más argumentos?

Y voté a favor del partido que creí que más daño podía hacer al PP, no por su programa ni por su ideario ni porque me cayeran más simpáticos, sino, simplemente, por contribuir a desalojar del poder al partido presidido por José María Aznar. Mi voto, pues, más que un voto "a favor de" fue un voto "en contra de". ¿Han pensado en ello alguna vez los animadores de la conspiración, los señores Zaplana, Arístegui, Astarloa, Acebes y los corifeos mediáticos.

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