¡'Hwanyoung'! ¡Bienvenidos!

"¿Quiénes son esos dos chinos sonrientes?". El taxista pregunta al viajero que se baja frente al cartel gigante colocado en la madrileña calle de Alberto Aguilera, a la altura de Guzmán el Bueno. En realidad, los fotografiados no son chinos, sino surcoreanos. Y no se trata de cualquier pareja, sino del presidente del país invitado a la edición de Arco de este año, Roo Moo-hyun, y su esposa.

El cartel forma parte de la bienvenida que tres empresas surcoreanas -Samsung, Hyundai-Kia y LG- han querido dar a su máximo mandatario. Para ello, han inundado la ciudad de carteles con estét...

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"¿Quiénes son esos dos chinos sonrientes?". El taxista pregunta al viajero que se baja frente al cartel gigante colocado en la madrileña calle de Alberto Aguilera, a la altura de Guzmán el Bueno. En realidad, los fotografiados no son chinos, sino surcoreanos. Y no se trata de cualquier pareja, sino del presidente del país invitado a la edición de Arco de este año, Roo Moo-hyun, y su esposa.

El cartel forma parte de la bienvenida que tres empresas surcoreanas -Samsung, Hyundai-Kia y LG- han querido dar a su máximo mandatario. Para ello, han inundado la ciudad de carteles con estética de anuncio de aerolínea. Al presidente y a su esposa, que están en España desde el lunes hasta el día de hoy, les rodean unas flores y los colores nacionales: azul, rojo, blanco y negro. Sobre ellos, las palabras en inglés Welcome to Spain.

El taxista no es el único al que no le suena el nombre de Moo-hyun. Ni un repartidor que sale de El Corte Inglés cercano, ni un estudiante enchufado a su MP3, ni una señora envuelta en su abrigo de pieles tienen la más remota idea de qué hacen esas dos personas ahí colgadas.

La delegación surcoreana no sólo ha engalanado las calles de Madrid con la efigie de su presidente. La plaza más madrileña de todas, la de Cibeles, también estará toda la semana rodeada por cuatro banderas del país que quedó al sur del paralelo 38 a raíz de la guerra que enfrentó a los coreanos con sus hermanos del norte entre 1950 y 1953.

Entre los viandantes de la calle de Alcalá, las banderas y carteles captan la misma atención que en Alberto Aguilera: ninguna. La marquesina en la que reinan el presidente y su esposa sólo atrae a los que quieren consultar el mapa de metro de su reverso. Piya, tailandesa de 29 años, es una de las pocas que se interesa por el cartel. Kimin Sung, coordinador de la comisión coreana en Arco, reconoce que su país es un total desconocido para los madrileños.

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