Cuatro arrestados en Barcelona por estafar a un millar de personas con falsas ofertas de viviendas sociales

Los Mossos d'Esquadra han detenido a cuatro personas acusadas de estafar a cerca de 1.000 clientes en la provincia de Barcelona bajo la promesa de ofrecerles un piso de protección oficial inexistente. Los arrestados, dos hombres y dos mujeres de nacionalidad española, se hacían pasar por funcionarios de la Generalitat catalana y pedían a las víctimas -por lo general, una mujer mayor- una suma de dinero para conseguir la adjudicación del piso de forma irregular.

Con una fe ciega en los estafadores, las víctimas animaban a amigos y familiares a "invertir", por lo que se hicieron sin saber...

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Los Mossos d'Esquadra han detenido a cuatro personas acusadas de estafar a cerca de 1.000 clientes en la provincia de Barcelona bajo la promesa de ofrecerles un piso de protección oficial inexistente. Los arrestados, dos hombres y dos mujeres de nacionalidad española, se hacían pasar por funcionarios de la Generalitat catalana y pedían a las víctimas -por lo general, una mujer mayor- una suma de dinero para conseguir la adjudicación del piso de forma irregular.

Con una fe ciega en los estafadores, las víctimas animaban a amigos y familiares a "invertir", por lo que se hicieron sin saberlo promotores de esta estafa piramidal. Por ahora, la policía autonómica tan sólo ha examinado los primeros 40 casos, con los que los detenidos habrían obtenido 750.000 euros de beneficio. El desembolso medio por cabeza, estimaron ayer los Mossos, ronda los 20.000 euros. De modo que la estafa podría ascender hasta los 20 millones.

Según explicó el director general de los Mossos, Rafael Olmos, los presuntos timadores -que ya han ingresado en prisión- tenían una habilidad especial para engañar a las víctimas. Argumentaban que la mayoría de viviendas protegidas van a parar a manos de inmigrantes y decían sentirse indignados por ese motivo. Para efectuar la transacción irregular, exigían un primer pago de entre 3.000 y 6.000 euros. A las víctimas les enseñaban incluso planos de viviendas, por lo que éstas no sospechaban en ningún momento, insistió Olmos.

Los estafadores no se conformaban con el primer pago y exigían otros: para trámites notariales o para inversiones ficticias con las que supuestamente iban a obtener una alta rentabilidad. Algunos de los afectados llegaron a solicitar hipotecas para poder hacer efectiva la infructuosa inversión.

José Alcoberro, de 50 años, se identificó ayer como una de las víctimas de la estafa. Por consejo de su suegro, abonó 72.000 euros en efectivo a una mujer que recogía el dinero en un taxi. "Me prometieron un interés del 50%". Le devolvieron 24.000 euros. El resto lo ha perdido y ahora debe afrontar el pago de un crédito.

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