El obispo Blázquez emplaza a los partidos a buscar la paz como "objetivo fundamental"

El obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, emplazó ayer a los "representantes políticos" a que la búsqueda de la paz sea "su objetivo fundamental", para lo que les pidió "unidad de objetivos" y "convergencia de procedimientos". La concentración convocada a las seis de la tarde por el obispado bajo el lema Muévete por la paz contó con representantes del PNV, PSE, EB y EA. Ante unas 2.000 personas, Blázquez exigió a la "organización terrorista ETA que desaparezca definitiva y totalmente, sin dilaciones ni contrapartidas". Pidió "perdón" a las ...

El obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, emplazó ayer a los "representantes políticos" a que la búsqueda de la paz sea "su objetivo fundamental", para lo que les pidió "unidad de objetivos" y "convergencia de procedimientos". La concentración convocada a las seis de la tarde por el obispado bajo el lema Muévete por la paz contó con representantes del PNV, PSE, EB y EA. Ante unas 2.000 personas, Blázquez exigió a la "organización terrorista ETA que desaparezca definitiva y totalmente, sin dilaciones ni contrapartidas". Pidió "perdón" a las víctimas y terminó con una bienaventuranza: "Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán hijos de Dios".

"Reconocemos que las víctimas forman parte de la memoria de un horror del que no somos inocentes"

Blázquez no quiso que su rechazo a ETA pudiera ser interpretado de forma equivoca. Pidió directamente la desaparición de la banda: "Primero y primordial en el camino de la paz es la eliminación de la violencia terrorista por todos los medios legítimos a nuestro alcance". El obispo aseguró que "su existencia y persistencia no tienen ninguna justificación moral, política ni religiosa". Esta idea la enlazó el obispo con la petición a los partidos políticos de que busquen la paz y que practiquen "la unidad en los principios morales" y la "convergencia en los procedimientos" para erradicar la violencia.

Las palabras del presidente de la Conferencia Episcopal Española, en momentos de fuerte división y enfrentamiento político por causa del terrorismo, tuvieron especial relevancia. Dentro de su mensaje caben todas las fuerzas políticas, salvo las que no condenan a ETA. No hubo una referencia al diálogo, pero sí una bienaventuranza para cerrar sus palabras: "Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán hijos de Dios".

El secretario general del PSE-EE, Patxi López, estuvo en la concentración y la contrapuso a la manifestación de Madrid, convocada por el Foro Ermua, de la que dijo que buscaba la "división". Josune Ariztondo, miembro de la dirección del PNV, elogió también el mensaje de "concordia" del obispo y dijo que en el acto se congregaron "creyentes y no creyentes". El portavoz de EB, Mikel Arana, aprovechó también para criticar la marcha de Madrid. El PP no acudió a este acto y sí a la manifestación del Foro Ermua. El portavoz parlamentario de los populares vascos, Leopoldo Barreda, tildó la iniciativa de Blázquez de "contraprogramación". El obispo, sin embargo, aseguró al inicio de su intervención que la concentración estaba prevista antes del atentado de ETA en el aparcamiento de la T-4 de Barajas, el pasado 30 de diciembre, en el que murieron dos personas.

La plazuela de Santiago en el casco viejo de Bilbao se llenó ayer por la tarde de fieles para oír el llamamiento de su obispo bajo el lema Muévete por la paz. Blázquez fue recibido entre aplausos y sus palabras fueron escuchadas en silencio. Sólo insultos esporádicos y sin respuesta desde una ventana rompieron la atención de los congregados. Le acompañaban en el escenario niños y mayores y delante una pancarta con el lema de la concentración. Mezcló sus llamamientos a la paz con referencias a Cristo, cuyo rostro, dijo, se ve en la "persona maltratada y herida" por ETA.

En todo momento el obispo quiso dejar claro que hablaba como representante de la diócesis de Bilbao, y así recordó: "Reconocemos que las víctimas del terrorismo forman parte de la memoria de un horror, del que no somos inocentes, ni como ciudadanos de este país ni como miembros de esta Iglesia local de Vizcaya. En la medida de nuestra responsabilidad moral, pedimos una vez más perdón".

Gran parte de su intervención la dedicó Blázquez a las víctimas, a su "dolor" y a "la reparación de la dignidad". Exigió que sean "resarcidas" y que se "les pida perdón", "que se les reconozca, como señal de grandeza moral, que no se han tomado la justicia por su mano". Así, dijo que los que han "herido y asesinado" deben pedir perdón a los "ofendidos", que deberán "otorgar perdón".