El Gobierno perfila el nuevo pacto antiterrorista que rechaza el PP

Nacionalistas e IU dan su apoyo a la iniciativa para un frente común anti-ETA - Rubalcaba insiste en contar con los populares, y anuncia que hará falta tiempo

El intento del Gobierno de rehacer la unidad política en materia antiterrorista avanzó ayer con los grupos minoritarios del Congreso y se atrancó con el PP. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunió con todos los portavoces para recabar un acuerdo contra el terrorismo y recibió el apoyo de los grupos minoritarios, que destacaron el clima de entendimiento de la reunión. El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, aludió incluso a un pacto multilateral en materia antiterrorista cuyo referente podría ser el Pacto de Madrid, suscrito en noviembre de 1987.

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El intento del Gobierno de rehacer la unidad política en materia antiterrorista avanzó ayer con los grupos minoritarios del Congreso y se atrancó con el PP. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunió con todos los portavoces para recabar un acuerdo contra el terrorismo y recibió el apoyo de los grupos minoritarios, que destacaron el clima de entendimiento de la reunión. El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, aludió incluso a un pacto multilateral en materia antiterrorista cuyo referente podría ser el Pacto de Madrid, suscrito en noviembre de 1987.

El Partido Popular insiste en defender el Pacto Antiterrorista de 2000, que excluía a los partidos nacionalistas vascos. El portavoz popular, Eduardo Zaplana, llegó a plantear su escepticismo respecto a la celebración de la reunión de la comisión de seguimiento del Pacto Antiterrorista que el Gobierno quiere convocar la próxima semana. Pese a los mensajes pesimistas de Zaplana, el ministro del Interior insistió en que tratará de incorporar al PP al acuerdo, y aseguró que aún "mantiene la esperanza".

El acuerdo de los partidos contra el terrorismo necesitará tiempo, según se desprende de las conversaciones que mantiene Rubalcaba con los portavoces. Además, todavía existen incógnitas sobre la actitud que adoptará ETA. En estos momentos el Gobierno no tiene un diagnóstico definitivo sobre si la banda intentará una ofensiva terrorista con todas las consecuencias como apuntó con el atentado del 30 de diciembre en Barajas. Tampoco hay datos suficientes para calibrar si los últimos rebrotes de la violencia callejera auguran incidentes graves durante un largo periodo.

Además, el Ejecutivo sigue con especial atención la actitud de Batasuna, aunque la opinión más extendida en las conversaciones con Rubalcaba es que los líderes de la izquierda abertzale no parecen dispuestos a condenar con nitidez el terrorismo. Este diagnóstico resulta importante para el Gobierno y los partidos a la hora de ajustar el contenido del nuevo pacto que parece vislumbrarse.

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